El pasado 3 de mayo se produjo el reencuentro entre la reina Letizia y la princesa Leonor. La madre de la princesa de Asturias viajó hasta Panamá para volver a ver a su hija, que partió a bordo del buque escuela Juan Sebastián de Elcano el pasado 11 de enero desde el puerto de Cádiz. En una de las escalas que ha realizado la princesa durante su travesía junto con el resto de la tripulación de Elcano - recordemos que ya hizo parada en Brasil, Uruguay, Chile y Perú, antes de llegar a Panamá - ha protagonizado un emotivo abrazo junto a su madre, que la estaba esperando como una más en el puerto del mencionado país junto con el resto de los familiares.
Durante su parada en Panamá, pese a que la reina se encontraba allí, Leonor continuó con su desempeño obligatorio junto al resto de sus compañeros. Por su parte, la reina Letizia, según se puede observar en la agenda oficial, está libre de compromisos hasta el próximo viernes 9 de mayo. A bordo del barco, la heredera al trono español come, comparte camarote, estudia y, según las imágenes que ha compartido Casa Real, la princesa también realiza arriesgadas maniobras junto al resto de los guardiamarinas.
La revista ‘Semana’ ha entrevistado a una guardiamarina que realizó el mismo viaje de instrucción que Leonor y que ha desvelado cómo es la convivencia dentro del barco y los protocolos o la seguridad que hay dentro de él.
La marina que ha hablado con la mencionada revista y de la que no se ha desvelado el nombre, ha explicado que lo más complicado de la convivencia son los problemas personales que tienen algunas personas fuera de la travesía, porque al final esto “les afecta a la hora de trabajar y al final termina afectando a los que los rodean”. En cuanto a la comunicación con sus familiares, la entrevistada ha asegurado que la princesa no estaría teniendo ningún tipo de privilegio, pero que los oficiales “siempre tienen más ventajas con respecto a los demás”.
Otra de las cuestiones que suele preocupar a los familiares de los guardiamarinas que se sumergen en esta gran aventura, es el peligro del oleaje en altamar, pero la marina ha querido transmitir un mensaje tranquilizador acerca de esta cuestión afirmando que “no hay peligros en altamar”, porque hay “bastante seguridad” y es difícil que pase algo grave.
Aún así, si esto último ocurriese existen diferentes protocolos que, dependiendo de la gravedad, se redirecciona el barco hasta el puerto más cercano o si algún miembro del barco necesita asistencia médica se lleva al hospital y, según cuenta, la marina estos protocolos no se verían modificados por la presencia de la princesa en el barco. Para la guardiamarina, lo más complicado es “compaginar los estudios con la navegación y vigilancia”.
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