MadridHace más de diez años de uno de los eventos que consiguió captar la atención del mundo, en 2011 se casaban el rey Dragón de Bután y Jetsun Pema, un enlace que hizo que miles de personas salieran a la calle para poder presenciar todos los detalles, a pesar de ser retransmitido por la televisión nacional. 

La boda del rey Dragón de Bután y Jetsun Pema

Jigme Khesar Wangchuk era el quinto 'rey dragón' de la dinastía del mismo nombre y el monarca más joven del mundo (en el momento del enlace tenía 31 años) y sellaba su amor con Jetsun Pema, una plebeya diez años menor, hija de un piloto aéreo. La pareja quería una ceremonia sencilla, por lo que no contaron con la presencia de familias reales extranjeras, pero sí quisieron compartir su felicidad con su pueblo. 

El día de la boda, los cánticos budistas con motivo de la ceremonia comenzaron a las cuatro de la mañana, cientos de personas acudieron al templo, vestidos con las túnicas tradicionales, para poder vivir de primera mano este día. El rey fue el primero en llegar, cuatro horas después, al monasterio de Punakha, poco después llegaría Jetsun, acompañada de una gran comitiva, tambores, cánticos y encabezada por un caballo blanco. Tal y como recogió la revista Hola, a su llegada encendió una lámpara dorada. 

Durante la ceremonia, los novios tomaron una copa de ambrosía, como señal de la vida eterna, la novia recibió pañuelos sagrados budistas de distintos colores de manos de su suegro y, para finalizar la boda, el rey colocaba una corona sobre la cabeza a su esposa, coronándola como reina de Bután.

Una vez finalizada la boda, el rey no dudó en pararse junto a los reporteros y comentar con ellos cómo se sentía tras la ceremonia. “Estoy feliz. He esperado bastante tiempo”, respondía tras uno de los momentos más importantes de su vida. “Ella es un ser humano maravilloso, inteligente. Compartimos una gran cosa en común: el amor y la pasión por el arte”. No era la primera vez que hablaba públicamente de las bondades de Jetsun, por quien renunció a la poligamia, una práctica habitual entre sus antecesores, pero sí la primera vez que lo hacía una vez casados. 

Al anunciar su compromiso ante el Parlamento ya dijo de ella que “es joven, cálida, y de buen corazón y carácter. Estas cualidades, junto a la sabiduría que llegará con los años y la experiencia, harán de ella una gran servidora de la nación”.

La pareja se conoció durante unas vacaciones familiares y se comprometieron cuando él tenía 17 años y ella 7, y el rey prometió que esperaría hasta que ella fuera mayor de edad para casarse con ella. Llegado el momento, ambos seguían solteros, por lo que no dudaron en comprometerse y casarse. Una gran decisión para ellos, que juntos han tenido tres hijos, pero también para la institución, la pareja consiguió acercar la monarquía al pueblo, así como modernizarla y abrirla al mundo, mejorando las relaciones con otros países.