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14 horas pasaron desde que Pilar Eyre anunció que tenía una "información muy grave" entre manos hasta que desveló que esta atañía a la salud del rey Juan Carlos. Según sus fuentes, su estado sería preocupante y Casa Real estaría preparando "su traslado a España". Los minutos posteriores se convirtieron en un tsunami de desmentidos. Primero fue Zarzuela, que aseguró que esta noticia no tenía "ningún fundamento". Luego Carlos Herrera, íntimo de su majestad, que se sumó a esta negativa al confesar que acababa de hablar con él y que le había confirmado que estaba "como un oso". Pero la prueba irrefutable de que el emérito no estaría en malas condiciones fueron unas conversaciones desde Abu Dabi en las que él mismo sostenía estar "perfectamente" después de realizar sus dos horas de gimnasia diarias.
Todo esto, sumado a tres instantáneas tomadas en los últimos días donde se ve el buen estado del padre del rey, ponían en la picota a la periodista. Su tablón de Twitter se convirtió en un hervidero de críticas. Hasta que cinco horas después, con el poso que da el tiempo, se pronunció.
"Una conjunción de datos, confirmados por varias fuentes, ha sido el origen de la información sobre la salud del rey Juan Carlos que he contado esta mañana", explicaba. "Si hubiera novedades, os iré contando".
Desde ese momento, la red social antes mencionada se dividía entre los detractores y los defensores de la escritora. Algunos incluso tiraban de sentido del humor para apaciguar las aguas, algo que logró sacar una sonrisa a Eyre entre tanta crispación.
"Todo ha sido involuntario, por supuesto, y no me siento bien, pero con este tweet me he reído", confesaba después de leer cómo un usuario le daba las gracias por haber terminado con "meses de oscurantismo" gracias a un par de tuits.
Han sido contadas las intervenciones públicas de Pilar desde que sacó esta información a la luz. Casi todas para dar las gracias a quienes le han mostrado su apoyo, algo que confirma "guardar en el corazón". Sin embargo, un comentario de Jaume Rius, compañero de profesión, ha hecho saltar a la finalista del Premio Planeta.
En él, el catalán criticaba una columna de opinión firmada por Mariángel Alcazar, que definía a Eyre (sin mencionarla) como una "conocida periodista y novelista que se autocalifica de experta en Casa Real". También hablaba de "especulaciones interesadas" y de "fake news", algo a lo que su compañera se ha referido como una "puñalada".
"Gracias, Jaume, debería estar acostumbrada a las puñaladas, pero me siguen doliendo y me sigue sorprendiendo la persistencia en el encono a lo largo de los años", apuntaba Pilar Eyre con indignación. Además, daba las gracias a otros amigos que le comentaban que le daba "un millón de vueltas" a Alcázar, que es, al igual que Pilar, otra de las expertas en Zarzuela más prolíficas de la pequeña pantalla.