La actriz demuestra su talento también con brocha y martillo

María Esteve tiene un salón de lo más acogedor en su casa de Chamberí y se le da genial el bricolaje

María Esteve
María EsteveCordon Press
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MadridMaría Esteve es de esas personas que te caen bien aunque no las conozcas en persona. Natural, sencilla y con ese puntito bohemio que la hace encantadora. Hija de Pepa Flores (sí, la mítica Marisol) y del actor Antonio Gades, María ha heredado el talento… pero también ese amor por lo auténtico, por lo hecho con mimo y con las manos. Porque si algo ha dejado claro en redes sociales es que el bricolaje es lo suyo. Y ojo, que se le da francamente bien.

Calma y mucho encanto en el corazón de Chamberí

Su casa está en pleno Chamberí, uno de esos barrios madrileños que todavía conservan ese aire de pueblo dentro de la ciudad. Vive en un piso precioso de techos altos, suelos de madera y balcones que miran a la calle. No se trata de una mansión ni mucho menos, pero tiene eso que todos buscamos: alma. Y ella ha sabido sacarle todo el partido con su toque personal, que mezcla calidez, creatividad y un punto ‘muy casero’.

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Un salón lleno de luz… y de detalles con historia

El salón es, sin duda, el corazón de la casa. Un espacio amplio y muy luminoso gracias a dos ventanales que se abren a los balcones exteriores, dejando que entre la luz a raudales. Al fondo, una librería blanca hecha a medida enmarca la estancia con un aire hogareño, y contrasta con el sofá grande y marrón que preside la zona de estar. De esos que te atrapan y no te sueltan.

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En el mismo espacio está el comedor, con una gran mesa de madera de estilo clásico, perfecta para una cena improvisada o para esos desayunos eternos de domingo. Todo está pensado para vivir, no solo para decorar.

Además, es habitual que María comparta rincones de este salón en su cuenta de Instagram. Nos enseña cómo se relaja en el sofá con su mascota, Boquerón —un simpático perrete que ya es casi tan famoso como ella—, o cómo transforma algún rincón con una idea de última hora y mucho ingenio.

María, reina del DIY

Y es que en cada rincón se nota que María disfruta metiendo mano a sus propios proyectos. En uno de los vídeos que ha subido a redes la vemos fabricando una pequeña balda con asas de macramé para el balcón. Una idea sencilla, práctica y monísima. También ha mostrado cómo pintó ella misma la pared del fondo del salón, en un gris claro que da mucha calma. Y no se quedó ahí, pues añadió unas molduras que elevan la estancia sin quitarle calidez.

Las plantas, siempre presentes, le dan ese toque fresco y natural, y las cortinas largas en color beige aportan un plus de calidez. Como broche, cuadros con retratos a carboncillo de su familia , y piezas con aire vintage como unos baúles antiguos colocados con gracia, no uno encima del otro, sino pensados como elementos decorativos por sí mismos.

Sin duda, ha conseguido que su salón sea el reflejo de lo que es ella sin necesidad de artificios. Y el resultado no puede gustarnos más.