Javier S. Medina, el artesano que 'enamoró' a Sarah Jessica Parker en Malasaña
Houzz
12/01/201715:42 h.En pleno barrio de Malasaña, en el centro de Madrid, el taller de Javier S. Medina parece un espacio detenido en el tiempo… y no sólo por la arquitectura centenaria y castiza de la zona. Este extremeño ha recuperado dos antiguos oficios: el de espartero y el de cestero, actualizándolos gracias a sus ya emblemáticas piezas: el trofeo de caza ecológico y el espejo-sol hecho de fibras naturales, famosas en medio mundo. Descubre con nosotros el saber, la magia y el espacio de trabajo de un moderno artesano.
Hijo de un zapatero, Javier Sánchez Medina y sus viejas herramientas heredadas recalaban hace seis años en Madrid. Quería aprender restauración en la capital. Mientras estudiaba, en los ratos libres que pasaba en su casa del bohemio barrio de Malasaña, se entretenía haciendo laboriosos espejos sol en médula. "Los trabajaba en casa de forma personal. Un día los colgué en Instagram y tuvieron mucho éxito. Empezaron entonces a llover los pedidos y se interesaron varias revistas por mi trabajo…", recuerda. En apenas unos meses, la demanda fue tal que a Javier no le quedó más remedio que, en 2014, abrir un taller donde compartir las célebres –y artesanas– creaciones: cabezas de animales –a las que él, antitaurino, llama trofeos ecológicos–, hechas en esparto; y esos espejos-sol de médula, mimbre, ratán y otras fibras naturales.
En el escaparate del taller, trofeos y soles destacan sobre el resto de piezas. ¿Cómo los trabajas? Los trofeos ecológicos se hacen a mano, trenzando la pleita. La aguja de zapatero y el hilo de pleita son los útiles que más uso para dar forma a la pieza. Y también el dedil, que era de mi padre, para protegerme a la hora de coser… Los espejos, sin embargo, se trabajan con punzón, tijera, cuchilla y martillo.
¿Cómo empezó esta relación con la artesanía y el trabajo manual? Siempre me ha atraído el trabajo creativo, a pesar de que muchos me llamaran loco: en la actualidad, este mundo es una apuesta arriesgada. En el Sur, de donde yo vengo, estos materiales siguen presentes: la pleita en los aperos del campo, en las persianas de las casas… Intento actualizar este mundo, adaptarlo a los tiempos que corren. En el caso de las cabezas de animales, he querido hacer un guiño a la posibilidad de exhibir un trofeo en casa sin necesidad tener un animal muerto…. Soy antitaurino.
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Las herramientas que utilizas parecen antiguas. Todas las que ves tienen historia: muchas son antiguas, cedidas por mi padre, que era zapatero, o por mi abuelo, que no era artesano pero trabajaba persianas y otros utensilios para el campo como hobby. A mi padre siempre le ha gustado crear y restaurar cosas, aunque nunca se dedicó a ello profesionalmente. Al trabajar con sus herramientas, él también forma parte de este proyecto. El delantal lo ha hecho mi madre con piel, porque me gusta respetar la tradición.
¿Alguna vez soñaste con dedicarte a esta profesión? Siempre me gustó el arte, los trabajos creativos e investigar en nuevos materiales, pero es cierto que mi formación original es otra: estudié restauración y eso es lo que vine a hacer a Madrid. Así que no, nunca pensé que acabaría aquí… pero estoy encantado, claro.
¿Todas las fases las haces como se hacían en el pasado? ¿Has introducido alguna innovación? En mi trabajo tengo el mayor respeto por la tradición. Por ejemplo, aunque utilizo tintes para los espejos sol, se trata siempre de nogalinas. Y las ceras son también naturales como las de antes.
¿Cuáles son esas materias primas con las que trabajas? Para los espejos-sol trabajo con médula, la parte interna del bambú, que tiene mucha flexibilidad una vez humedecida, pero también con mimbre y ratán. Las cabezas de animales las hago en pleita trenzada, que es una hierba natural derivada del esparto, que se trabaja después de humedecerla para poder moldearla.
¿Por qué elegiste este emplazamiento para tu taller? Puede despistar el letrero, ¡tú no eres carpintero! Desde que llegué a Madrid he vivido en Malasaña. Y ésta era la zona que me gustaba para mi taller. Surgió entonces la posibilidad de hacerme con este viejo local, que era una antigua cochera que estuvo años cerrada, y en la que luego trabajó un carpintero. He transformado por completo el espacio: la obra del techo, las puertas recuperadas, las cristaleras, las letras del exterior… Mucha gente piensa que el local siempre fue igual, que lleva muchos años así, y eso me gusta. Esa apariencia de local con solera con un exterior recuperado es intencionada.
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¿Cómo valoras ese renovado interés por los objetos artesanos en el diseño de interiores actual? Afortunadamente se vuelve a valorar lo artesanal, lo hecho como antes, aquellos objetos que se hacen con dedicación, respeto y mimo, pero que al mismo tiempo son actuales. En esta misma calle de El Escorial hay gente que se dedica a tejer y a trabajar con telas y en la calle de la Madera hay un broncista de toda la vida…
Otra faceta de tu trabajo es la restauración de muebles. Me formé con Marisa del Real como restaurador de muebles. Esa era mi idea al llegar a Madrid. Pero en ese proceso surgió el tema de los espejos. Por eso, el taller se dedicó más bien a la artesanía. Tengo otro taller de restauración en el que trabaja otra persona.
¿Cuáles son los objetos más demandados en tu taller?Las cabezas de animal, porque tienen un precio muy asequible (entre 75 y 150 euros; sólo disponibles en su taller o poniéndote en contacto directamente con Javier a través de la web, Instagram o Facebook), y las puede tener cualquier persona, desde un estudiante hasta alguien con más poder adquisitivo. Hay mucha demanda de Estados Unidos, por ejemplo, porque han salido en revistas y guías muy interesantes. Llegan muchos pedidos de Nueva York, Los Ángeles… Hago también proyectos y composiciones que me encargan expresamente para locales.
¿Y cuál es tu objeto preferido?Sin duda, una cabeza de toro que tengo en casa. Fue la primera que hice y creo que es la pieza que mejor representa lo que hago.
Por cierto, ¿cuánto se tarda en hacer una?Puedo hacerla en un día o dos, si no entra mucha gente al taller. Pero, en general, trabajo por encargo (Javier también hace cabezas de toro, de rinoceronte, de ciervo, de reno y de búfalo) y a veces tengo lista de espera. Casi todo lo que ves ahora va a salir en envíos hoy o mañana. Me encantaría tener aquí más representación de lo que hago, una exposición, digamos, para mostrar lo que hago, pero no me da tiempo, ¡hay muchísima demanda!