Desinfectar y esterilizar una aguja en casa: cómo podrás hacerlo de forma fácil y rápida

  • Nunca sabrás en qué momento necesitarás esterilizar o desinfectar una aguja.

  • Esto podrás hacerlo de forma fácil y desde casa.

  • Pero, ¿cómo podrás desinfectarla correctamente?

Nunca sabemos cuándo vamos a necesitar una aguja esterilizada o desinfectada. La desinfección eliminará las bacterias y los contaminantes y la esterilización hará desaparecer todos los agentes externos por completo. Pero, ¿cómo podrás hacerlo desde casa?

1. Ponerte guantes y utilizar pinzas

Lo primero que deberás hacer será ponerte guantes. En el caso de que no tengas deberás lavarte las manos en profundidad. Además, deberás saber que, cuando vas a esterilizar agujas, luego no habrá que contaminar las agujas después de esterilizarlas. Para ello, lo mejor será utilizar unas pinzas con el único objetivo de no tocarla directamente. Además, en el caso de que vayas a utilizarla para más tarde, lo mejor será colocarlo en un contenedor.

2. Lavar correctamente la aguja con agua estéril

Antes de esterilizarla, deberás lavarla correctamente. Así, podrás eliminar la tierra y toda la suciedad acumulada. Además, si la aguja es hueca deberás prestar atención al interior de la misma. El lavado se deberá realizar con jabón o desinfectante. El siguiente paso será utilizar agua estéril para enjuagarla, dejando de lado el agua destilada, ya que esta contiene ciertas bacterias.

3. Esterilizar la aguja con vapor

Uno de los métodos más utilizados para esterilizar es el vapor. Esto se debe a que no hay microorganismo que aguante el vapor a más de 120 grados durante quince minutos. Para eso, habría que poner una olla y verter agua. Cuando empiece a hervir, se deberá colocar la aguja en la olla, colocando la tapa. Se deberá dejar en esta posición durante, al menos, una media hora.

4. Esterilizarla en un horno o al fuego

Otra manera de esterilizar más segura será utilizar el horno. Para ello, deberás envolver la aguja en varios paños limpios durante una hora a 170 grados. Otra opción será poner la aguja en el fuego, colocándola en la llama hasta que quede incandescente. También, podrás hacer uso de algunos químicos, remojando la aguja durante veinte minutos en lejía o alcohol destilado.