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Un bebé en camino es una buena nueva para toda la familia. Que se lo digan a Laura Escanes y Risto, con el presentador afrontando la llegada de su segundo retoño. Pero el miedo de algunas madres y padres a cómo encajará el primero de la casa la llegada de un nuevo miembro -ronda incluso las cabezas esa idea de '¿pero entenderá lo que le digo?'- es un sentimiento común que requiere de unas instrucciones básicas para manejarse en el asunto. Encontrar el momento, las palabras y acompañarlo de todo un recorrido en los primeros meses para evitar ese mítico ataque de celos que bien personificó Martín Casillas Carbonero con la llegada de su hermano Lucas. ¿Cómo se hace? La psicóloga infantil Laura Oliveros, de Psigo, nos da las claves.
No es lo mismo explicárselo a una niña con siete u ocho años, que al de cuatro recién cumplidos. Por eso, la psicólogo Oliveros recomienda abordarlo de diferente forma. "A partir de los 5 años podemos explicarle que va a tener un hermanito o hermanita desde el primer momento. Antes de esa edad, es preferible esperar a que el embarazo sea más evidente, que se note la tripa, para que lo entienda mejor".
"No hay que tener miedo de contarlo, al revés, debemos tratarlo como algo natural", explica Laura. "Si queremos que lo vea como algo normal, no debemos de preparar ninguna charla especial. Ni comprar un regalito cuando lo vayamos a contar. Como hemos dicho antes, se lo contamos en cuanto lo sepamos si tiene 5 años o más y respondemos a las preguntas que tenga. Si tiene menos, cuando se note la tripita, además ahora hay ecografías que nos pueden ayudar a explicarlo mejor".
"Es bueno hacerles partícipes, que ayuden, porque es bueno en general que los niños y niñas tengan responsabilidades en casa. Pero si lo que queremos es evitar los celos es difícil. Ojo con lo de que con la llegada del hermanito tiene que ayudar porque el insistir en esa idea lo puede acabar viendo como algo negativo ('tengo un hermanito y eso supone más trabajo'). Deben ayudar con o sin hermanitos. Recomiendo mejor hacerle partícipe de algunas decisiones que se hacen con las compras para el bebé. Le podemos pedir también su opinión en cuanto a colores, ropa, decoración de la habitación, etc. Es algo divertido y le puede gustar formar parte de las decisiones".
"Puede que en algunos casos la primera reacción sea de no querer un hermanito, que lo desconocido le asuste", apunta Oliveros. Si eso ocurre, aconseja "intentar resolver todas las dudas o preocupaciones que tenga sobre el tema. Pero hay que esperar a que el nuevo bebé venga para saber si esa actitud de rechazo se mantiene o cambia al ver que sus preocupaciones no tienen que ver con la realidad. Lo mejor es que si los padres tuvieran dificultades para manejar la situación y se mantuviera de manera prolongada en el tiempo, acudan ea un profesional para ver la causa de ese rechazo".
"Lo primero es entender que porque tenga celos no significa que esté sufriendo, es una emoción normal", explica la psicóloga infantil. Lo que debemos valorar es la intensidad de esos celos, ¿son puntuales?, ¿Se mantienen en el tiempo?, ¿ha cambiado su actitud o forma de ser radicalmente? "Son un problema si hay conductas regresivas (deja de controlar los esfínteres, vuelve a chuparse el dedo, no duerme, va llorando al colegio….)", en este caso lo mejor será pedir ayuda a un profesional. "También debemos hacerle entender que ser el mayor tiene sus ventajas, que puede hacer cosas en casa y ciertos juegos que el nuevo miembro de la familia no puede. Es decir, que ser el mayor tiene cosas buenas, nunca debe de verlo como una desventaja", conluye Laura Oliveros.