Con Meghan en la presentación de un libro de cocina y otras 3 veces que Doria Ragland ha roto cánones

divinity.es 23/09/2018 13:42

En el acto, en el que también ha estado el príncipe Harry a modo de apoyo para Meghan, Doria se presentaba muy cercana a las mujeres: "Hola, soy la madre de Meg", decía al llegar. Y al irse, se despedía también haciendo gala de su espíritu sororo: "Estoy tan entusiasmada como vosotras. Estoy tan contenta de ponerle cara a cada una de las recetas, voy a hacerlas todas. Es el poder de las mujeres. Hacemos que las cosas sucedan. Somos curiosas, decimos que sí, nos mostramos como somos. Eso me inspira".

· Su nueva vida junto a su hija, un excepción en Buckingham Palace

La presentación del libro solo ha sido un anticipo de lo que promete ser su vida en Londres. Doria se ha mudado a la capital inglesa desde Lo Ángeles, donde ha renunciado a su puesto como trabajadora social y como instructora de yoga para estar junto a su hija. Una excepción de protocolo: nunca antes en la Corona Británica la madre de un consorte ha tomado protagonismo en la agenda oficial.

· Orgullo afroamericano en la boda real

Otro gesto de Ragland con el que quedó claro que su identidad va por delante tuvo lugar en la boda de su hija, en la que fue la única persona de su familia que le acompañó. La ocasión le dio pie a reivindicar, con sutileza, su origen afroamericano, dejando para su peinado en la ocasión sus trenzas. El pelo es un importante símbolo identitario para las mujeres negras porque durante siglos sus rizos han sido estigmatizados (las Tignon Laws, la publicidad que lo alisa y no se dirige a ellas o hasta referentes como Michelle Obama que no han contribuido con su imagen de pelo siempre planchado). También se dejó su piercing. El resultado: no podía ser mejor porque no podía ser más ella.

· Cuando casi lleva a Meghan al altar

La idea nos conquistaba porque rompía la regla patriarcal de 'hombre entregando a mujer a otro hombre'. Tenía mucho más sentido que, como afirmaban los rumores, fuera Doria Ragland quien acompañara y no está exento de controversia (finalmente no pudo ir porque estaba hospitalizado). Aunque no presenciamos esa escena, sí las vimos llegar juntas a la iglesia en coche y, a la hora de entrar en la capilla de Saint George, la decisión fue mucho mejor. Meghan entró sola, como pleno acto de voluntad, marcando así la historia para siempre con el primer gesto feminista en una boda real. No hay duda de que Doria ha tenido que ver en la forma de ver el mundo Meghan y que el carácter va en la sangre.