Las 'dietas milagro': su impacto negativo en la salud, más allá del efecto rebote
La clave para una pérdida de peso saludable y sostenible es adoptar cambios en el estilo de vida que puedan mantenerse a largo plazo
El efecto rebote en una dieta ocurre cuando se recupera el peso perdido tras finalizar una dieta restrictiva, a menudo ganando más peso
Y es que el acto de comer se tiene que realizar de forma consciente, por eso si nos alimentamos mientras conducimos debemos seguir algunas pautas
En la búsqueda constante de la figura perfecta, muchas personas caen en la trampa de las llamadas dietas milagro. Dietas rápidas, retos virales en internet que prometen una pérdida de peso rápida y sin esfuerzo o ayunos interminables. Lo que a menudo no se menciona es el temido efecto rebote que suele acompañar a estas dietas.
Empecemos por el principio: las dietas milagro son planes de alimentación, normalmente enfocados en perder peso, que prometen resultados rápidos y drásticos en poco tiempo. Los vemos en todos lados: en internet, en redes sociales, en publicidad, en batidos, en suplementos… Algunas de las más populares incluyen la dieta de la piña, la dieta del limón, la dieta cetogénica extrema y muchas otras que suelen aparecer en revistas y redes sociales. Estas dietas suelen ser muy restrictivas y desequilibradas, eliminando grupos enteros de alimentos o promoviendo el consumo excesivo de un solo tipo de comida.
El efecto rebote explicado científicamente
El efecto rebote ocurre cuando se recupera el peso perdido tras finalizar una dieta restrictiva, a menudo ganando más peso del que se perdió inicialmente. Esto se debe a varias razones, como el metabolismo lento: durante una dieta muy restrictiva, el cuerpo reduce su tasa metabólica para conservar energía, y al volver a una alimentación normal, el metabolismo permanece lento, facilitando la recuperación rápida del peso.
Otra razón es que muchas dietas milagro provocan una pérdida de masa muscular en lugar de grasa, lo que disminuye la capacidad del cuerpo para quemar calorías. Además, la falta de nutrientes esenciales en estas dietas puede llevar a antojos intensos y a una alimentación descontrolada una vez que se retoma una dieta regular.