Furanchos: así son los locales para disfrutar de la gastronomía gallega a los que Leonor ha hecho un guiño
La princesa de Asturias ha sido reconocida con la máximo distinción que otorga la comunidad autónoma y ha pronunciado un discurso de agradecimiento
Leonor recuerda a sus compañeros tras recibir la Medalla de Oro de Galicia: "Me han acogido y me han ayudado"
El periplo de Leonor por América terminó cuando cogió un avión desde Nueva York de vuelta a España para embarcarse en la fragata Blas de Lezo. Sin embargo, no fue el fin de su experiencia en el Elcano, pues en Gijón se reencontró con sus compañeros para completar la travesía en el Juan Sebastián Elcano y este domingo 13 de julio ha realizado junto a ellos la última parada en Marín. Tras ello, este lunes ponía rumbo a Santiago de Compostela para recibir, tal y como estaba previsto, la Medalla de Galicia, la máxima distinción que otorga la comunidad autónoma. La princesa ha recibido la medalla de las manos de Alfonso Rueda, presidente de la Xunta de Galicia y tras ello ha pronunciado un breve discurso en el que no se ha olvidado de sus compañeros, de los emigrantes gallegos y por supuesto de la gastronomía gallega, en concreto ha mencionado los furanchos, un tipo de establecimiento gastronómico que tuvo la ocasión de visitar antes de embarcarse en el Elcano.
Los furanchos son establecimientos que sirven para degustar la gastronomía gallega de la forma más cercana a como lo hacen los oriundos de la mencionada tierra. Se trata de viviendas familiares que habilitan el bajo, o un garaje, galpón o terraza para recibir a los consumidores, y no de locales que están propiamente pensados para servir comida. Además, las segunda característica que diferencia a estos sitios es que no están disponibles durante todo el año, sino que solo se pueden visitar entre diciembre y junio. Esto es porque en los furanchos lo que se vende es el excedente de vino casero que elaboran las personas que allí viven. Para acompañar estos caldos, los propietarios también ofrecen algunos manjares típicos de la zona.
En los furanchos no solo se va a comer y a beber sino que es una forma de impregnarse de una manera muy fiel, cercana y acogedora del trasfondo más cultural que la comida tiene para los gallegos. La Xunta ha querido evitar que estas localizaciones se desvirtúen y para conseguir que su esencia original perdure en el tiempo, protege estos lugares con estrictas normas que deben cumplir para que puedan ser denominados como tal.
Las normas de la Xunta de Galicia para los furanchos
La primera norma, en cuanto a la apertura de los locales es que estos solo pueden abrir tres meses seguidos al año y nunca en temporada alta. Es decir, la apertura se tiene que dar entre diciembre y junio. Por lo general, aprovechan la llegada del buen tiempo, es decir, suelen abrir en abril y solo de jueves a domingo. Por otro lado, también se limita la comida que se ofrece, pues cada furancho solo puede ofrecer cinco tapas de la siguiente lista de recetas de la zona: oreja o chorizo, sardinas o jureles, callos con garbanzos o alubias, tabla de embutidos o de quesos, tortilla de patata, empanadillas, empanada, lomo, costillas, zorza, huevos fritos, croquetas o pimientos de Padrón. En este sentido, cabe destacar que el pasado enero el Ayuntamiento de Pontevedra, la provincia con más locales de este tipo, aprobó en la Xunta de Goberno Local, la actualización de la normativa para furanchos y loureiros con una ampliación sus opciones en el menú.
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