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Las mejores excusas para confesar un desliz

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La peliculera

"Estaba con las chicas (usa siempre muchos personajes de forma genérica, sin mencionar nombres) y llevábamos alguna copa de más (sabemos que el alcohol no exime, pero atenúa un poquito la culpa...) y se acercó el camarero a pedirnos un favor, resulta que había apostado a que conseguía un beso de cada una y, claro, todas lo hicieron. A mí no me pareció tan grave en ese momento y… nos besamos y tal.” (Lo del beso es verdad, lo del “y tal” es indefinido, por lo que ayuda, y lo de después... no hace falta dar detalles tampoco!).

La prescrita

Esta excusa requiere bastante esfuerzo, tendrás que hacer que nadie se entere y esperar el tiempo suficiente como para que el desliz quede atrás en el calendario y si sientes que no puedes seguir guardándolo, ahí va: “Hace tiempo tuve un pequeño desliz, estábamos empezando y me equivoqué. No dije nada porque fue una absoluta tontería y eso me hizo darme cuenta de lo importante que eras para mí. Nunca (nunca, nunca, nunca... Los nunca nunca sobran) ha vuelto a pasar y, aunque podría callarme, quiero ser sincera porque te quiero y confío en ti. Sé que lo entenderás y no quiero que haya secretos entre nosotros”. Si después de esta chapa sigue vivo, no se te ocurra contestar ninguna de sus preguntas porque... si tuvo 0 importancia, ¿por qué ibas a recordarlo?

La 3/4

Suele ocurrir con un ex: “Estábamos hablando de lo nuestro y tal (de nuevo ‘y tal’) y en un momento dado hubo un roce y eso, ya sabes, lo siento”. Se llama la 3/4 porque no explicas ni 3/4 de lo que pasó. Aunque bien podría llamarse la indefinida, ya que ahí está la clave... Exponer sin contar y que el otro ¡hasta donde quiera! Eso sí, no olvides el “lo siento" final. ¡Clave!