El pueblo de Cádiz donde Rosario Flores tiene casa: un remanso de paz con playas de arena blanca
Naturaleza, mar y vida sencilla lejos del foco mediático: la cantante ha encontrado en este rincón de la costa de Cádiz su paraíso privado
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Con más de tres décadas de trayectoria, Rosario Flores no necesita presentación. Hija de la inolvidable Lola Flores y del músico Antonio González ‘El Pescaílla’, y hermana del querido Antonio Flores, Rosario lleva el arte en la sangre. Y es que, su estilo inconfundible -una mezcla libre de flamenco, pop, rumba y soul- la ha convertido en una de las voces más personales de la música española.
A pesar de su éxito, Rosario ha demostrado siempre un fuerte arraigo por lo auténtico. “Soy de verdad o no soy”, ha dicho en más de una ocasión. Y en la pedanía costera de Zahora, al sur de Cádiz, donde la arena es fina, los caminos son de tierra y el tiempo se mide en puestas de sol, ha encontrado su particular refugio. Este pequeño enclave del municipio de Barbate se ha convertido en el lugar donde la artista desconecta, recarga energía y vive sin prisa, al margen de los focos y las cámaras.
Zahora no tiene paseo marítimo ni grandes hoteles. Aquí no hay carteles luminosos ni avenidas transitadas. Lo que sí ofrece es una conexión directa con el mar, una vida pausada y un entorno natural que seduce a todo aquel que lo visita. Para Rosario, este pequeño rincón gaditano se ha convertido en un segundo hogar. Alejada del ajetreo de los escenarios y las alfombras rojas, en Zahora la artista se mezcla con los vecinos, pasea sin prisas y disfruta de su familia con la naturalidad de quien ha elegido vivir sin apariencias.
Vida sencilla y atardeceres de postal
Su casa en Zahora, discreta y rodeada de vegetación se integra perfectamente en el paisaje. Construida al estilo andaluz, con muros encalados (según hemos podido ver en algunos Stories publicados en Instagram), techos de madera y un porche abierto al jardín, está pensada para vivir de puertas hacia dentro. “Aquí recargo energía y me reencuentro con mi gente”, ha declarado en entrevistas en las que rara vez entra en detalles sobre su vida privada, pero donde deja entrever la importancia que este lugar tiene para ella.
Además, Zahora es también tierra de contrastes. A pocos pasos de la playa se encuentran pequeñas huertas, casas rurales y caminos de tierra por los que apenas pasan coches. En verano, la luz lo envuelve todo, y al caer la tarde, la playa de Mangueta o la cercana cala de los Alemanes ofrecen uno de los atardeceres más bonitos de la costa gaditana.
A Rosario se la ha visto en locales como La Palapa, Arohaz o Venta Curro, conocidos por su cocina sencilla y sabrosa, basada en productos de la zona. Siempre cercana, conversa con vecinos y veraneantes como una más, ajena a las etiquetas y al peso de un apellido que ha marcado la historia de la música en España.
Los pequeños grandes placeres de la vida
Más allá del atractivo turístico, Zahora representa una forma de vida que cada vez más artistas y figuras públicas buscan: espacios auténticos donde la fama no tiene cabida y donde lo importante vuelve a ser lo cotidiano. En este rincón de Cádiz, Rosario Flores ha encontrado algo más valioso que el reconocimiento: la posibilidad de parar y disfrutar de cada momento al máximo.
Si estás planteándote hacer una escapada a este pequeño paraíso gaditano, la mejor época es de mayo a septiembre, aunque la primavera es perfecta para evitar multitudes. Así que, toma nota.
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