El pueblo de la Costa Brava que ha enamorado a Rafa Nadal y donde ha abierto su segundo hotel

Rafa Nadal se ha unido a Meliá Hotel Internacional para fundar sus propios hoteles y el último de ellos está en un precioso pueblo de la Costa Brava
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Rafa Nadal sabe mejor que nadie lo que es estar rodeado de playas espectaculares. Nacido en la isla de Mallorca, una de las más bellas del Mediterráneo, se ha enamorado de un pueblo en la Costa Brava en el que ha abierto su segundo hotel. Los pueblos y playas de esta zona del litoral español poseen un encanto indiscutible y uno de los destinos más solicitados durante los meses de verano. La fama de Cadaqués, Calella de Palafrugell o Begur es indiscutible, pero el que ha conquistado definitivamente al ganador de 22 Grand Slams es Tossa de Mar.
Los hoteles de Rafa Nadal
El de la Costa Brava es el segundo hotel del tenista en nuestro país (existe un tercero fuera de España). Todos ellos son parte de la marca ZEL, que ha desarrollado en colaboración con Meliá Hotel International con la intención de promover el estilo de vida mediterráneo, el bienestar y el deporte. El primer hotel de Nadal es el ZEL Mallorca, ubicado en Palmanova. Con una arquitectura inspirada en el Mediterráneo, ofrece una atmósfera natural y cálida, con acceso directo a la playa, piscina exterior, spa, jardines, centro de fitness y restaurantes.

Además, existe un único hotel de la marca fuera de España, el ZEL Punta Cana, ubicado en la costa de Bávaro, en República Dominicana, país en el que el tenista vive retirado. Es un impresionante complejo con 190 habitaciones, siete restaurantes que combinan los sabores locales con la cocina mediterránea, un beach club, pistas de tenis y acceso a campo de golf. En su propia tierra, Manacor, es propietario del Rafa Nadal Residence, un resort con dos piscinas, centro de fitness, spa, centro de bienestar, restaurante, salón de uso común, terraza, jardín y recepción 24 horas.
Tossa de Mar, el pueblo elegido por Rafa Nadal
El pueblo de Tossa de Mar es uno de los más bellos de la Costa Brava y todo un emblema de la zona, así que es lógico que Nadal lo haya escogido para levantar su segundo hotel en España. Sus maravillas son tantas, que una visita de un día no da para descubrirlas, así que puede que el tenista haya tenido en cuenta que alojarse en Tossa de Mar en un hotel con todas las comodidades era una excelente idea.

Como punto de partida, hay que tener en cuenta que el pueblo cuenta con centro medieval amurallado que es único en todo el litoral catalán y que fue declarado Monumento Histórico Artístico Nacional en 1931. Se trata de un pequeño pueblo pesquero cuyo origen se remonta a la época romana. De hecho, es imprescindible visitar la Villa Romana dels Ametllers del siglo I-IV d.C., situada a solo 2 min de la Oficina de Turismo. Y esto es solo el principio.
Torres y piratas en este pueblo marinero

Desde el Sa Roqueta, el barrio marinero de casas de colores construido en el siglo XVI, se accede a la Playa d’Es Codolar. Antiguamente era un puerto natural para los marineros de la zona, y hoy es una preciosa playa pequeña que tiene en lo alto la famosa Torre del Homenaje. Esta torre es una de las principales del recinto amurallado del pueblo, y jugaba un papel en su defensa. Y es que durante los siglos XII y XIV este pueblo de pescadores, que aún conserva su esencia, tenía que protegerse del ataque de piratas, como el famoso Barbarroja.
Una de las playas más bonitas del mundo

La playa Grande de Tossa es la principal de ese municipio pesquero. Con una longitud de 370 metros, se ubica a los pies de la bella silueta del Cabo de Tossa y del recinto amurallado de la Vila Vella, que delimitan el extremo sur del pueblo y conforman uno de los paisajes más fotografiados de toda la Costa Brava. De aguas cristalinas, arena gruesa y con todos tipo de servicios, fue valorada en 2013 por la revista National Geographic como una de las 25 mejores playas del mundo.
El hotel de Rafa Nadal en Tossa de Mar
El ZEL Costa Brava es fiel al lema de que impulsa Rafa Nadal con su imperio hotelero: promover la conexión con la naturaleza, disfrutar de la vida al aire libre y saborear buena gastronomía. El hotel cuenta con 214 habitaciones y suites inmersas en la naturaleza, decoradas en tonos naturales y con materiales como la madera el lino o el mimbre. Más que habitaciones, son pequeños apartamentos independientes de 1, 2 y 3 habitaciones de diferentes categorías. Y todos disfrutan de vistas a la naturaleza, ya sea a la montaña, al mar o a los jardines.

Cuenta con un Beach Club en Cala Giverola, de cocina mediterránea, que ofrece una gastronomía única y de máxima calidad, además de otros espacios de restauración. Dispone de una gran zona de wellness, integrada en el entorno, con piscina climatizada, sala de fitness, tres salas de masajes, una piscina interior y amplia carta de masajes.