7 técnicas para mejorar la lectura de los niños

Para mejorar la lectura de los niños es imprescindible que les interese y para eso tienen que tener un buen hábito de lectura
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Leer es un placer que está repleto de beneficios, no solo en la edad adulta, sino también en la infancia. Mejorar la lectura de los niños es un objetivo a alcanzar para padres y docentes, ya que le permite desde edades tempranas sumergirse en todo tipo de historias escritas para ellos y, al mismo tiempo, favorece un buen rendimiento escolar.
La era digital en la que vivimos parece complicar esta tarea, pero con un poco de voluntad se pueden poner en práctica diferentes recursos y técnicas que fomenten las ganas de leer en tus hijos. Te adelantamos que convertirlo en una obligación no funciona, sino que se trata de crear un hábito lector que sea para ellos tan placentero. Apunta estas recomendaciones y comprueba su eficacia si las pones en práctica.
Una biblioteca propia
Ya sea en su cuarto o en la biblioteca de casa, habilita un espacio para sus propios libros. Dependiendo de su edad y motivaciones puedes organizarlos por colores, temáticas, tamaños… Es una forma de darle valor a sus libros, hacerlos atractivos en su conjunto y de estimular el deseo de que esa biblioteca personal crezca. No olvides contar con su participación y tener muy en cuenta su opinión a la hora de buscarle un lugar y un orden.
Un rincón de lectura
Puede que tu hijo disfrute leyendo en el sofá o encima de la cama, y eso es perfecto. Pero contar con un pequeño rincón de lectura, reservado exclusivamente para esta actividad, es muy placentero y motivador. Puede ser un puf blandito, un sillón pequeño, adornado con cojines de colores… Es esencial que cuente con un flexo o lamparita para que pueda leer en cualquier momento del día sin depender de la luz natural y, a ser posible, que esté muy cerca de su biblioteca. También puedes poner al lado un póster o lámina con los personajes de alguno de sus cuentos favoritos.
El hábito de la lectura

Para crear un hábito de lectura hace falta muy poco tiempo al día. Con solo 10 minutos, si se es constante, los resultados son llamativos. Piensa cuál es el momento idóneo y procura respetarlo a diario: después de la merienda, antes de cenar, antes de ir a dormir… Esos 10 minutos iniciales se extenderán con el tiempo, a medida que aumente su competencia lectora y cuando se “enganche” al cuento o libro que esté leyendo.
Respeta sus gustos
Vivimos un momento extraordinario en cuanto a la variedad de libros y cuentos para niños de todas las edades, con todo tipo de temáticas e ilustraciones. Así que lo tienes muy fácil para dejar que tu hijo, aunque tú le puedas orientar, escoja los libros que realmente le interesan. Se trata de su propio placer lector, por lo que debe tener acceso a las lecturas que le interesa a él, no a ti, siempre que estén adaptadas a su edad.
Predica con el ejemplo
Este consejo es uno de los más efectivos, por razones de peso. Si tu hijo te ve leer, lo considerará un hábito tan natural como ducharse o sentarse a comer. No hace falta que le recalques que estés leyendo, con que te vea ya estará recibiendo un gran ejemplo a seguir. Una excelente idea es compartirle tus lecturas, contándole qué libro te acabas de terminar y por qué te ha gustado, o cuál vas a empezar ahora y por qué crees que te va a interesar. Pero siempre desde el punto de vista lúdico y placentero.
Lee para ellos

Aunque tu hijo sepa leer, si es pequeño le seguirá gustando que seas tú la que le leas algún cuento. Puede tener su ratito de lectura individual, pero luego puedes leerle algo cuando se va a dormir. La conexión que se crea entre vosotros a través de la lectura es muy valiosa, y su comprensión lectora se potencia al escucharte. Del mismo modo, puedes animarle a que te lea en voz alta algún trocito de su libro, uno que le guste mucho o uno que vaya a descubrir contigo por primera vez.
Un diario de lecturas
Sin que se convierta en una obligación, un diario de lecturas puede ser muy estimulante para un niño, porque le permite ver todo lo que ha leído. Puede ser un cuaderno bonito en el que ponga su nombre y “Diario de lecturas”. En el interior, basta con que ponga el título del libro que ha leído y al lado puede dibujar más o menos estrellas, según lo que le haya gustado, poner una breve opinión, cuál ha sido su personaje favorito… Si lo hace con total libertad y con tu ayuda le encantará tenerlo y revisarlo.