{{#section.link.href}}
{{section.link.title}}
{{/section.link.href}}
A los niños les encanta jugar a imitar lo que hacen los mayores con lo que se conoce como “juegos de rol”. Y algo que observan a diario es lo que ocurre en la cocina de casa: cómo llegan los productos de la compra, se preparan los platos y luego estos llegan a la mesa, etc. Si estás pensando en regalar una cocinita de juguete a tus hijos es todo un acierto porque no solo lo pasarán fenomenal con ella, sino que además tiene muchos beneficios para ellos, como los que te contamos a continuación. No te los pierdas y deja que descubran al pequeño chef que llevan dentro.
Mientras que tú seguramente en la cocina sigas con fidelidad recetas pautadas, cuando un niño se encuentra ante una cocina de juguete sus posibilidades de crear se disparan. Como si de un laboratorio de magia se tratase, puede inventar todo tipo de recetas para sus juegos, algo que pone su imaginación a trabajar a toda velocidad.
Mediante el juego de rol se establecen paralelismos entre la realidad y la diversión. Si le gusta que haya zanahorias de juguete en su cocina, le gustará también verlas en la cocina de la casa. Aprovecha para que no falten fruta y verduras entre los accesorios, porque así se familiarizará con ellas. Y siempre que puedas, invítale a ayudarte en la cocina “de verdad”, préstale cucharas, especias y otros elementos para la suya… Todo esto hará que su relación con la comida se más abierta y saludable.
En las cocinas el orden es indispensable. Aunque, evidentemente, una cocina de juguete puede ser todo lo caótica y desordenada que se quiera, le puedes ir enseñando donde va cada cosa, como ocurre en la cocina de la casa: cubiertos por un lado, alimentos por otro, al frigo lo que es del frigo… Es un orden sencillo que para los niños es de mucha utilidad, ya que les ayuda a organizar y colocar como parte del juego.
Además de aprender sobre la comida y los alimentos, en la cocina las habilidades numéricas están muy presentes. Si juegan a hacer recetas, hay que contar, medir, etc., y aunque sea desde el juego, la habilidad se está desarrollando. Si tus hijos son pequeños puedes contar con ellos cuántas patatas, naranjas o manzanas tienen en el frutero…
Una cocina de juguete es perfecta para tomar decisiones sin riesgos. Con ella se sentirán seguros eligiendo y mezclando ingredientes para sus recetas inventadas. Y después, si les dejas participar en la elaboración de platos sencillos, podrán seguir afianzándose y confirmando que son capaces de hacer las cosas por sí mismos.