"Creo que mi hijo tiene TDAH": cómo actuar para ayudarle en su desarrollo

  • Para los padres supone un gran reto saber cómo deben actuar con sus hijos cuando se ha realizado el diagnóstico

  • Queremos ayudarte a que lo hagas de la mejor manera posible para ti y para tu hijo

A pesar que de que sigue existiendo cierta controversia sobre su diagnóstico, lo cierto es que los casos de trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) aumentan cada vez más en nuestro país en niños de entre 7 y 12 años.

Parece que los profesionales médicos no terminan de ponerse de acuerdo, y algunos hablan de sobrediagnóstico para explicar el aumento del número de casos, criticando la necesidad de catalogar y medicar cualquier cambio en el tipo de conducta aunque no sea necesario ni útil. Otros expertos, en cambio, defienden que si hay más casos diagnosticados es porque cada vez se conoce más acerca de esta enfermedad y se puede detectar con mayor facilidad que hace unos años.

El TDAH se considera un trastorno grave de conducta que puede durar toda la vida, aunque con el tratamiento adecuado se espera que pueda remitir al llegar la edad adulta. Se caracteriza por un comportamiento hiperactivo e impulsivo, acompañado de dificultades para centrar la atención, aunque en principio esto parezca que pueda definir a casi cualquier niño de corta edad. Por eso es conveniente, antes de hacer un diagnóstico erróneo, realizar las pruebas médicas pertinentes y analizar la conducta del niño dentro de uno parámetros concretos.

Estos son los principales síntomas del TDAH

Es normal detectar que un niño puede padecer TDAH observando su comportamiento en el colegio, ya que es habitual que presenten problemas de concentración, rendimiento y comportamiento que les impida seguir el desarrollo normal del curso. Algunas de los principales síntomas que presentan estos niños son:

  • Hablan impulsivamente y tienen tendencia a interrumpir constantemente.
  • Se distraen con facilidad y parecen no escuchar nada.
  • Presentan los deberes mal, incompletos o con errores tontos.
  • Muestran dificultad para permanecer sentados porque necesitan levantarse y moverse con frecuencia.
  • Pueden mostrar una actitud agresiva.
  • Su impulsividad les lleva a actuar antes de pensar.
  • Tienen conductas inapropiadas y presentan dificultad para aceptar normas y tareas.
  • Mueven con frecuencia las manos y los pies.
  • Pierden sus pertenencias o se muestran olvidadizos con cosas importantes.

El TDAH no solo afecta al rendimiento escolar, sino también a las relaciones sociales y al comportamiento en el entorno familiar. Si las alteraciones se producen en un solo ámbito no debería haber razones para pensar que se trata de TDAH, sino de otro tipo de problema. Cuando afecta a más de un ámbito sí podemos plantearnos que nuestro hijo pueda sufrir este trastorno.

¿Cómo debo actuar con mi hijo?

Más allá de las pautas médicas y de los posibles tratamientos, la principal preocupación de los padres con hijos con TDAH es cómo deben actuar con ellos. Principalmente porque quieren seguir unas pautas de acción que ayuden a su hijo a estar mejor y que no agraven las complicaciones derivadas de este trastorno. De hecho, al alivio que suelen sentir la mayoría de padres tras recibir un diagnóstico que ayuda a todos a entender qué estaba ocurriendo, le sigue el hecho de saber que su manera de afrontar el TDAH va a ser determinante para que su hijo evolucione tan bien como todos desean. Si han diagnosticado a tu hijo con TDAH habéis de empezar por:

  • Una buena estructuración de rutinas para que se cumplan todos los horarios de sueño, comidas, estudio, ocio...
  • Utiliza carteles, fotos, relojes… que le ayuden a identificar qué debe hacer y cuando para ayudarle a centrarse.
  • Cuando le des una indicación, pídele que la repita en voz alta para ayudar a que la reconozca de manera interna.
  • Ante un problema ayúdale a pararse y a ir paso a paso, para que observe la situación, luego piense qué puede hacer y entonces actúe en consecuencia. Por último debería poder evaluar qué tal le ha ido en la resolución del problema.

Actividades que pueden ayudarle

A la hora de buscar actividades que hacer con un niño con TDAH, debemos buscar aquellas que le permitan trabajar la concentración y controlar sus impulsos. Te dejamos algunas recomendaciones, aunque no hay que olvidar que no todos los niños son iguales, por lo que no todas son idóneas para cualquiera.

  • El deporte: seguramente es lo primero que se te viene a la cabeza para que el niño pueda moverse y estar activo, que es lo que le pide su cuerpo. Además, el deporte va acompañado de una disciplina que les resulta muy útil.
  • Yoga y mindfulness: ambas actividades potencian la capacidad de concentración y son de gran ayuda para reconocer las emociones propias y lograr estados de quietud y tranquilidad.
  • La música: aprender a tocar un instrumento supone un trabajo neuronal muy beneficioso a nivel cognitivo que puede revertir alteraciones de la conducta como el TDAH.
  • Las artes plásticas: según varios estudios, los niños con TDAH son, por lo general, más creativos. Las actividades de carácter artístico les resultan estimulantes, sirven para encaminar sus acciones hacia un objetivo concreto y les ayudan a concentrarse y a regular sus emociones.