Celiaquía en bebés: síntomas, diagnóstico y tratamiento de la intolerancia al gluten

  • La intolerancia al gluten puede aparecer en los primeros días de vida o pasados unos años de vida del menor.

  • Las personas celiacas no deberán comer alimentos que contengan gluten, ya que podrán sufrir problemas intestinales graves.

La enfermedad celiaca es un trastorno del sistema inmunológico que está ocasionado por una intolerancia al gluten. Este es el nombre general que se le da a las proteínas que se encuentran en el trigo, centeno, cebada y otros cereales derivados. Cuando un niño padece de este problema, el gluten lo que hace es dañar las vellosidades en el intestino delgado, conocidas como villa, cuya función es absorber los nutrientes que el cuerpo necesita para desarrollarse. Cuando esto ocurre, y en casos concretos y extremos, el menor puede sufrir una desnutrición.

Los síntomas

La celiaquía puede manifestarse en una infinidad de síntomas. Los bebés puede que no ganen peso y se desarrollen tal y como se espera. En niños más mayores esto puede acarrear diarrea, dolor de estómago, flatulencia, pérdida de peso, fatiga y un eccema doloroso en la piel.

Aún así, otras personas no presentan ningún síntoma. Los especialistas no saben con certeza por qué se produce esta reacción del sistema inmunológico contra el gluten. Tampoco existe un medicamento que cure esta intolerancia. Aún así, se podrán tomar distintas medidas para remediar los síntomas y cualquier otro daño que haya sufrido el intestino.

Los síntomas de la celiaquía pueden surgir en cualquier momento de la vida del niño. Algunos de ellos experimentan síntomas los primeros días de vida que están expuestos al gluten y otros los desarrollan según va pasando el tiempo. Uno de los primeros síntomas que tu bebé puede tener puede ser diarrea y dolor de estómago y puede dejar de ganar peso a un ritmo saludable. Puede también que le aparezcan eccemas en la piel, especialmente en la zona de las rodillas, los codos y glúteos. Con el paso del tiempo, el menor podrá desarrollar anemia y aftas bucales y se podrán volver irritables y más introvertidos.

Cómo se diagnostica

Como ya hemos comentado, las causas de la enfermedad celiaca son totalmente desconocidas. Sí que ha estado relacionada con otras enfermedades como el síndrome de Down, el síndrome Williams, trastornos del tiroides y deficiencia selectiva de la immunoglobulina IgA. Además, suele manifestarse también de forma hereditaria. Por tanto, si algún familiar tiene celiaquía, puede que algún niño corra el riesgo de desarollarla.

Cuando un menor es diagnosticado, lo mejor será que tanto sus padres, como hermanos y abuelos se sometan a una prueba para detectar esta condición, ya que pueden padecerlo sin saberlo. Cuando la enfermedad celiaca no se detecta durante un largo periodo de tiempo, puede ocasionar serios problemas de salud.

El diagnóstico suele comenzar con un simple análisis de sangre, donde se medirá el nivel de anticuerpos al gluten y ciertas proteínas que recubren al intestino. Si los niveles son altos, el especialista ordenará una biopsia del intestino delgado y enviará los resultados a cualquier laboratorio para que los analicen. Cuando el médico diagnostique la celiaquía, os explicará qué productos puede tomar el menor y cuáles no. Además, podrá sugerir que visitéis a una nutricionista para que os de las indicaciones adecuadas.

Qué alimentos no se deben comer

El trigo, el centeno y la cebada son cereales que están relacionados entre sí y que, por tanto, tendrán que ser eliminados de la dieta del menor. Aún así, será difícil detectar qué alimentos contienen gluten y cuáles no. Generalmente no será recomendado consumir alimentos empanados, harina, colorantes, obleas, vegetales en crema, frutos secos como los cacahuetes o las almendras, patatas fritas, salsas, fiambres, aderezos para marinar alimentos, pastas, aderezos para ensaladas, especies, algunos tés y cafés con sabores, salsa de soja, queso crema, espesantes y yogur.

En general, un niño celiaco podrá consumir avena, siempre y cuando esta provenga de una fuente que no esté contaminada. La etiqueta del paquete lo debe de indicar. Leer cuidadosamente todas las etiquetas será fundamental para que tu hijo no sufra los síntomas de la celiaquía.

Cabe destacar que las personas con este tipo de enfermedad no están limitadas a comer solamente en su casa. Con la experiencia y los conocimientos adecuados podrá saber qué alimentos podrá consumir el menor. Además, ahora, algunos restaurantes ofrecen la opción de platos sin gluten. Aún así, muchas veces te preguntarás qué de todo lo que hay en la carta podrá consumir el niño. Ante estas dudas, lo mejor será que sigas una serie de recomendaciones. Entre ellos, comienza pidiendo aquello que sabes que tu hijo puede comer, como el arroz, la quinoa, garbanzos, carnes, pescados, frutas y vegetales.

También, tendrás que tener en cuenta la contaminación cruzada. En muchas ocasiones, cuando se prepara un plato sin gluten, los utensilios de la cocina pueden tocar otros alimentos que sí contienen el gluten. Esto puede traer las mismas consecuencias que si se comiera directamente.

Por ejemplo, si horneas productos que tienen gluten, lo mejor será que limpies bien el horno, así como las superficies donde se cocina, antes de preparar cualquier receta para celiacos. Recuerda lavar las manos debidamente y a menudo cuando se prepare los alimentos. En el caso de los restaurantes, lo mejor será que se informe a los camareros y, por ende, a los encargados de la cocina.