La importancia de tomar alimentos con yodo durante la lactancia materna

  • El yodo será esencial durante el embarazo y la lactancia. El consumo suficiente de este mineral hará que el bebé no sufra distintos trastornos, como el hipotiroidismo.

  • La mejor forma de consumir yodo será a través de suplementos y de la sal yodada, que se podrá incluir en todas las comidas.

Durante el embarazo y, especialmente en el periodo de lactancia, será muy importante alimentarse bien. Llevar una dieta equilibrada e hidratarse será fundamental para un buen crecimiento del bebé y para nuestra salud. Por eso, la madre deberá cuidar mucho todo lo que come y deberá realizarse análisis de forma asidua para detectar si sufre alguna insuficiencia alimentaria. Además, será fundamental la toma de yodo y ácido fólico en los meses de gestación, para evitar que el bebé pueda sufrir alguna complicación. No todas las mujeres son capaces de producir los niveles adecuados de yodo y B9, por eso será necesario tomar esos complementos vitamínicos.

Una vez pasado el embarazo y durante los meses de lactancia, será muy importante que la madre siga ingiriendo yodo. Lo más recomendable será que tome, cada día, un suplemento de 200 microgramos de yodo, tal y como aconseja el Ministerio de Sanidad. En la lactancia es cuando aumenta esta recomendación, ya que será complicado cubrirla en el día a día con la dieta. Cabe destacar que un tercio de la población presenta déficit de este mineral. El yodo destaca por ser un mineral esencial para el adecuado funcionamiento de nuestro organismo. Es decir, será fundamental para que nuestro cuerpo funcione correctamente. Eso sí, este no será capaz de producirlo por sí mismo.

La importancia del yodo en el embarazo y la lactancia

El yodo lo encontramos presente en diversos alimentos, aunque será complicado de identificar. De ahí que muchos nutricionistas recomienden la sal yodada, como parte de la alimentación diaria. Así, se obtendrá una dosis dietética amplia, que consistirá en sal enriquecida con yodo. Además, este ayudará a mantener la función normal de la glándula tiroides, que se encuentra en la base del cuello y que regula las hormonas que controlan el metabolismo, la temperatura corporal, la frecuencia cardíaca y otras funciones corporales. Obtener los niveles adecuados de yodo hará que el bebé crezca con un tiroides saludable y normal.

Su deficiencia produce niveles bajos de hormona tiroidea, lo que puede aumentar el riesgo de hipotiroidismo. Aunque se trata de un trastorno poco común, sí que puede darse, sobre todo, en niños y bebés. Además, la falta de yodo se encuentra entre una de las principales causas de discapacidades, tanto cognitivas como del desarrollo.

En el mundo, cerca de 19 millones de bebés nacen, cada año, con el riesgo de tener una discapacidad mental, debido a la deficiencia materna de yodo y, también, por la falta de yodo hasta los dos años. Además, según la OMS (Organización Mundial de la Salud), UNICEF (Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia) y CICDDY (Consejo Internacional para el Control de los Desordenes por Deficiencia de Yodo), aproximadamente el 38% de la población mundial está expuesto a los trastornos por deficiencia de yodo.

También, el bebé necesitará el yodo para su crecimiento y desarrollo normal. Por eso, será tan importante. Más que nada para evitar que el niño tenga una tiroides subdesarrollada, lo que provocará un bajo coeficiente intelectual, defectos de nacimiento, retrasos en el desarrollo, sordera y cretinismo.

¿Cuáles son los alimentos que contienen yodo?

Por todo esto, el yodo también será fundamental durante la lactancia materna, ya que su consumo, en ese periodo, continúa siendo muy recomendable para el desarrollo tanto del tiroides como del cerebro del bebé. No obstante, sí que es cierto que, si el especialista detecta una deficiencia de yodo, lo más recomendable será la administración de un suplemento. Pero, ¿qué alimentos son los que tienen más yodo?

Lo cierto es que la sal yodada será lo más recomendable, ya que se convierte en la principal fuente de este mineral. Por eso, será muy importante cambiar la sal normal por la yodada. También, la encontraremos en otros alimentos como el bacalao, yogur natural bajo en grasa, leche baja en grasa, pan enriquecido, camarones, huevos, atún enlatado, ciruelas pasadas secas, judías hervidas o el zumo de manzana. Eso sí, será esencial no utilizar nada de sal añadida en las comidas del bebé.

Aunque incluyamos estos alimentos y la sal yodada en nuestra dieta, lo cierto es que, en la mayoría de las ocasiones, se presenta como insuficiente. Por eso, la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió recomendar a todas las embarazadas y a las que se encuentran dando el pecho, que tomen una cápsula de yodo al día durante el primer año de vida del pequeño.