Ernesto de Hannover, el polémico príncipe de 67 años que ha rellenado cientos de páginas de la prensa a causa de sus continuos escándalos, ha vuelto a ser protagonista de las revistas del corazón gracias a una nueva y hasta ahora desconocida aventura amorosa. Era el periódico Bild alemán el que destapaba las primeras imágenes del alemán paseando por la capital junto a una mujer elegante, de pelo castaño y con una amplia sonrisa que delataba su felicidad. El titular que acompañaba a esta escena era bastante conciso: “Ernesto de Hannover está de nuevo enamorado”.
Y ha sido este miércoles cuando hemos podido conocer la identidad de la acompañante gracias a la revista ¡Hola!: Claudia Stilianopoulos. La hija de Pitita Ridruejo y Mike Stilianopoulos, antiguo embajador de Filipinas en Madrid y Londres, habría conocido a Ernesto el pasado verano en Ibiza gracias a un conocido en común, pasando los primeros días de otoño en España, donde han exprimido al máximo la ilusión de los comienzos. “Es pronto para hablar de noviazgo, todavía se están conociendo”, ha puntualizado el entorno más cercano de la pareja a la cabecera.
Desde que separara de la princesa Carolina después de más de diez años de matrimonio y una hija en común –Alexandra-, han sido públicos varios romances del príncipe. El último (y más sonado) con la condesa María Madalena Bensaude hace un par de años. Ernesto, que sigue aún casado con la princesa de Mónaco pese a su polémica ruptura en 2009, ha tenido un último año marcado por los conflictos y la soledad. Su segundo hijo, Christian, afincado en nuestro país, es unos pocos lazos familiares que aún mantiene activos, por eso, sumado a su historia de amor con Stilianopoulos, parece haber escogido nuestra capital para instalarse durante una temporada.
Claudia, por su parte, tan alta y elegante como su madre, lleva una vida marcada por la discreción pese a ser reconocida internacionalmente por su trabajo. Conocida por sus grandes esculturas, se dedica también a la pintura y sus obras se venden por medio mundo por un precio que oscila entre los 800 y los 7.000 euros. Clo, como la llaman sus amigos, es madre de dos niñas (una de ellas con una prometedora carrera como pianista), fruto de su relación con el también artista Juan Garaizabal, nieto del fundador de Viajes Marsans y conocido en la crónica social por ser el fugaz marido de María León, hija de los marqueses de Cañada.