La historia de amor de Javier Calvo y Ambrossi, diez años después: un desayuno, un tren perdido y una banda sonora

Hace años que dejaron sus apellidos a un lado para convertirse en ‘Los Javis’, una pareja de directores, actores y escritores que son una auténtica referencia en el mundo del espectáculo. Aunque en sus comienzos formaron parte de las historias de otros, poco tardaron en darse cuenta de que querían contar las suyas propias, esas que relataban lo que ocurría en la sociedad, en la calle, en las familias y en ellos mismos. Fue así como nació ‘La Llamada’ o ‘Paquita Salas’, una serie con la que descubrieron que el público “se estaba enterando de lo que hacíamos”. Una comedia cañí que significó un punto de inflexión en sus trayectorias y que se originó en una comida con amigos en su céntrico piso de Madrid, epicentro de sus sonadas fiestas, a la que hemos accedido gracias a sus redes sociales:

Javier Calvo tenía 18 años cuando conoció a Ambrossi, que es siete años mayor que él. Comenzaron a hablar a través de las redes sociales, coincidieron alguna que otra vez y surgió entre ellos un “que sí, que no”. En un principio su relación no fue más allá, pero sí nació una amistad que les convirtió en inseparables. “Yo sentía algo, pero también sentía que él era muy pequeño”, contaba el hermano de Macarena García en el programa de Emilio Aragón.

Esta duda duró un tiempo. “Yo decía: 'cómo me voy a meter ahí, con un chico tan pequeño que no ha tenido experiencias. Le voy a decepcionar”, pensaba Ambrossi. En uno de esos viajes que realizaron juntos, cuando todavía no sabían muy bien qué había entre ellos, el desayuno se alargó más de la cuenta y perdieron el tren que les llevaba a Tarifa. “Tuvimos que coger otro y luego un taxi, fue un desastre”, recuerdan. En ese trayecto, del que han pasado diez años, comenzaron una relación que tiene como banda sonora ‘Loba’, de Shakira: “Me acuerdo perfectamente, era la que sonaba. Puede ser la que más nos une. No ha llegado a ser nuestra canción de amor, es más festiva”.

Son pareja profesional, sentimental, viven juntos en su casa de Malasaña, comparten amigos y mascotas. “Cada vez somos más distintos”, aseguran. Pero con el tiempo han sabido dejar que el otro brille en su terreno. “Nos respetamos cada uno en el trabajo. Me he dado cuenta de que sin él me costaría mucho. Es la persona que más amo en el mundo”, confiesa el hermano de Macarena García.