Hay veces que los efectos ópticos pasan desapercibidos. Y cuando sucede lo contrario, lo mejor es echarle sentido del humor. En eso es una experta Tamara Gorro. Si bicheamos su feed de Instagram, todo son posados mirando al infinito, momentazos con Shaila y Antonio o declaraciones de amor a Ezequiel. Pero cuando entramos en sus stories o nos ponemos a analizar los comentarios, la cosa cambia.
Es el caso de lo que ha sucedido con una de las últimas fotos compartidas en su tablón. "Paz, armonía, tranquilidad, fe, energía, seguridad son algunas de las cosas que me aporta el mar", escribe junto a una instantánea tomada en la orilla, con un top de baño del showroom de moda Salamandra. "El tener a tu cargo niños y que dependa de ti su felicidad, hace que saques fuerza de cualquier parte. Pero también es necesario coger aire y respirar profundo para continuar. Yo hoy lo he hecho aquí, en el mar", continuaba.
Su familia virtual le daba la razón. "Estoy totalmente contigo, yo vivo frente a la playa y cada vez que bajo me da tanta paz...", apunta una seguidora. Pero otra, la más observadora, ha ido más allá de esta reflexión para fijarse en un pequeño gran detalle de la imagen. "¿Qué te pasa en la rodilla?", le pregunta a raíz de un extraño bulto que aparece en la pierna izquierda de la Gorro. "Mi amor, lo vi y me asusté", responde Tamara, demostrando que ella también cayó en este detalle. "Le pregunté a Eze y dijo que era el vasto interno", explica entre risas haciendo referencia a una parte del cuádriceps.
La cabeza de Tamara Gorro está en Madrid, con su abuela. La distancia a la que obliga el estado de alarma (ella se encuentra en Valencia con su marido y sus hijo) le ha hecho estar separada de su "yaya" en un momento clave. Hace unos días, la colaboradora de televisión compartía con sus fans su preocupación por el ingreso de su familiar. "Está bien, mañana le hacen la intervención y todo va a salir perfecto", ha comentado con optimismo.
A pesar de que la instagramer nunca ha llegado a desvelar el motivo de la hospitalización de su abuela, siempre recalcó que el origen no había sido un contagio por coronavirus. "Pues sí, odio el 2020 con todas mis putas ganas. Perdón por la expresión, pero es lo que siento", zanjó, cansada por tener que recibir este tipo de noticias en plena pandemia.