El fallo en el anillo de compromiso de Georgina Rodríguez que ha pasado desapercibido, según una experta en joyería

El anillo no cumple con los requisitos propios de una pieza de este tipo, pensada para lucir a diario
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En los últimos días, las redes sociales se han revolucionado cuando Georgina Rodríguez mostró al mundo en su cuenta de Instagram el anillazo de pedida que le regaló Cristiano Ronaldo para formalizar su relación. El anillo, un diseño exclusivo para la pareja de la joyería bilbaína de fama internacional Dámaso Martínez, ha disparado todo tipo de comentarios. ¿Es el anillo de compromiso perfecto? ¿Sigue la tradición de este tipo de piezas? Pues… parece ser que se encuentra lejos de ser un clásico anillo de pedida. Para conocer en profundidad qué le sobra y qué le falta al ‘pedrusco’ de la influencer, hemos charlado con una experta en joyería, Juana García Sánchez.
Breve historia de los anillos de pedida
Juana es joyera de formación. Ha estudiado en uno de los pocos lugares de España en los que se forma a los artesanos en joyería, es especialista en filigrana y fabrica y restaura piezas de gran valor. Su formación complementaria en Historia ha hecho que haya investigado durante varios años sobre historia de la joyería. “Los anillos de pedida tienen su precedente en el Antiguo Egipto”, nos explica la experta. “Representaban la eternidad y se colocaban en el dedo anular porque los egipcios creían que de ese dedo partía una vena que llegaba directamente al corazón”.
Juana repasa la evolución de estas piezas, que también llegó a los romanos y atravesó océanos de tiempo hasta llegar a la actualidad. También nos cuenta que el primer anillo de pedida de diamantes históricamente documentado es “el que le regaló Maximiliano I de Habsburgo a María de Borgoña, los padres de Felipe el Hermoso, en 1477”, nos da contexto sobre por qué los diamantes se eligieron como ‘piedra oficial’ ya en el siglo XX: “Fue cuando la joyería De Beers lanzó la campaña publicitaria ‘A diamond is forever’ (un diamante es para siempre). Ese fue el momento donde el uso del diamante como anillo de pedida se popularizó en todo el mundo y quedó asociado para siempre a la idea del amor eterno”, puntualiza.
Características de un anillo de pedida
Y aquí llegamos al meollo de la cuestión. ¿Por qué el anillo de pedida de Georgina Rodríguez no se ajusta a los estándares clásicos? ¿Cuáles son estos estándares? Juana nos los detalla:
Metal usado. Por lo general, un anillo de pedida tiene que ser de oro, ya sea amarillo o blanco. “El oro blanco es el más usado, porque cuando se monta un diamante o una piedra azul, como un zafiro o aguamarina, resalta mucho más que con oro amarillo. El oro amarillo tiende a ‘comerse’ la piedra y no llama tanto la atención”, explica.
Piedra. “Normalmente, se montan diamantes, aunque también se pueden usar otras piedras. Yo recomendaría piedras muy duras, con dureza 9 o más en la escala de Mohs que suelen ser diamante, rubí o zafiro, que resisten golpes y rayaduras”.
Montura. La clásica suele ser “el solitario, con 4 o 6 garras según el tamaño de la piedra, y funciona con cualquier talla o forma: oval, corazón, baguette… La proporción entre la piedra y el brazo del anillo debe estar equilibrada. El brazo del anillo es el que aguanta el peso de la piedra y si pesa mucho, puede partirse, por muy de 18 quilates que sea”. El anillo debe ser cómodo y permitir movilidad en los dedos, porque se espera que se lleve todos los días, simbolizando amor y fidelidad.
Diseño. “Pueden ser vintage o minimalistas. Los engastes al aire o en tensión son más modernos. La piedra y el anillo en general suelen ser de tamaño medio, porque los anillos de pedida están pensados para un uso diario, no solo para lucirse en ocasiones especiales”.
El anillo de Georgina “no cumple las características de un anillo de pedida”
Sabiendo todo esto, la experta pasa a analizar el anillo de Georgina, que, según nos explica, no es un anillo de pedida, sino uno de cóctel. “Los anillos de cóctel como el de Giorgina surgieron en los años 20, durante la Ley Seca en Estados Unidos, como una forma de mostrar independencia y estilo personal de la mujer. Son anillos grandes y llamativos, pensados para ocasiones especiales o fiestas, no para el uso diario”, y añade: “Incluso los anillos de cóctel más clásicos son mucho más pequeños que el de Georgina”.
El anillo de Georgina, indica Juana, no cumple las características de un anillo de pedida “porque es enorme y pesado. Ese tipo de piedra, que yo diría que está en torno a los 40 quilates, está más pensada para un collar que para un anillo. Es incómodo y limitante para los dedos. Solo el engaste está bien, pero todo lo demás falla”. En resumen, explica la experta, “ese anillo es más un anillo de gala o de cóctel, diseñado para llamar la atención en ocasiones especiales, pero no para simbolizar un compromiso que se lleve todos los días”.
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