¿Quién fue la madre de Bertín Osborne? Así era María Teresa, la aristócrata cuya muerte le afectó más que la de su hijo
Bertín Osborne siempre está en el centro de la actualidad: cuando no aparece en un programa de televisión, se ve inmerso en una polémica sobre su paternidad o realiza declaraciones que no pasan desapercibidas. En esta ocasión, queremos alejarnos de esa faceta para profundizar en otra igualmente apasionante: la figura de su madre, María Teresa Osborne y Marenco.
Nacida en diciembre de 1924 y fallecida en octubre de 1991, a los 66 años, la madre del cantante pertenecía a una familia de linaje aristocrático: era nieta de Tomás Osborne Guezala, II conde de Osborne, y descendiente de los fundadores de las prestigiosas bodegas Osborne, ubicadas en El Puerto de Santa María. Además, su familia materna estaba vinculada a la creación de la cervecera Cruzcampo, fundada en Sevilla en 1904. Tan relevante es su apellido que Bertín, cuyo primer apellido es Ortiz, decidió apostar por el de su rama materna para construir su carrera artística.
Quienes tuvieron la oportunidad de conocerla aseguran que, ante todo, María Teresa era una mujer profundamente familiar, volcada en atender las necesidades de sus hijos. Elegante, cercana y con una educación exquisita, se dice que tenía la habilidad de caer bien a todo el mundo.
Bertín sufrió mucho con su muerte
Bertín Osborne estaba muy unido a ella, y su pérdida supuso un duro golpe para él. El artista tenía entonces 36 años. En el programa Planeta Calleja, emitido en 2018, el artista confesó que la muerte de su madre le afectó más que la de su primer hijo, Cristian, fallecido al mes de nacer. Durante su participación en el espacio de Jesús Calleja, Osborne se abrió por completo y explicó que gracias a ella heredó un espíritu optimista: “Cuando la vida me da un palo, pienso que a la vuelta de la esquina ya no habrá un palo, sino una rosa.”
Se casó muy enamorada del padre de Bertín, también aristócrata
María Teresa conoció al padre de Bertín, el también aristócrata Enrique Ortiz López-Valdemoro, en un contexto donde los círculos sociales de la aristocracia y la burguesía empresarial se entrelazaban. Su boda, que reunió a la flor y nata de la aristocracia de la época, se celebró en El Puerto de Santa María. Tras el enlace, la pareja se instaló en Madrid, donde criaron a sus cuatro hijos: Norberto Juan (Bertín), María Teresa ("Chata"), Marta y María de la Luz (Luz).
A pesar de establecerse en la capital, mantenían una fuerte conexión con El Puerto de Santa María, y los veranos transcurrían en los apartamentos familiares de la costa gaditana. Allí disfrutaban de veladas muy divertidas en el exclusivo Club El Buzo, un lugar privado con vistas impresionantes a la Bahía de Cádiz, donde Bertín ofreció sus primeras actuaciones. Precisamente fue su madre quien más le apoyó cuando decidió dedicarse a la música, una elección que no era bien recibida en el entorno social de la familia, donde más tarde resonarían los éxitos de Bertín, como Buenas noches, señora.
Los restos de María Teresa descansan en el cementerio de El Puerto de Santa María, y su legado perdura en la unión familiar de los Osborne y en los títulos nobiliarios que sus hijos heredaron.