Carme Agustí, profesora de universidad, sobre el fenómeno Crepúsculo, que cumple 20 años: "Jugó su papel"

Alfaguara va a lanzar una edición conmemorativa de la novela, con una portada especial y nuevas ilustraciones
Solo en España, Stephanie Meyer llegó a vender un millón y medio de libros
Para Bella Swan mudarse al pequeño pueblo de Forks para vivir con su padre no prometía, de entrada, mucho. Sin embargo, allí conoce a los Cullen, una misteriosa familia que pronto se descubre está formada por vampiros. La historia de ese encuentro es el argumento de ‘Crepúsculo’, la primera novela de una saga de cuatro tomos escrita por Stephanie Meyer, y que se convirtió en uno de los grandes bombazos literarios de los 2000. Ahora, la novela cumple 20 años —una cifra redonda que confirmará a muchas personas lo rápido que pasa el tiempo— y las editoriales se preparan para celebrarlo.
La novela original, en inglés, tendrá una edición conmemorativa, que saldrá a finales de año. También ocurrirá lo mismo con la traducción española. Alfaguara Infantil y Juvenil planea una edición espacial de la novela. Con una nueva portada, los cantos tintados que tanto se estilan últimamente en el mercado del libro e ilustraciones de los protagonistas. Será, por tanto, una edición que los fans originales verán como para coleccionista y que, seguramente, llegará a una nueva audiencia.

Un éxito comercial
‘Crepúsculo’ apareció primero en inglés en octubre de 2005 y no tardó mucho en llegar a España. Alfaguara la publicó traducida en mayo de 2006. “Me parece increíble que hayan pasado 20 años desde que 'Crepúsculo' se presentó al mundo, aunque también me parece increíble que solo hayan pasado 20 años”, reconoce ahora Meyer. “Gracias a la oportunidad que los lectores dieron a mis novelas, he podido ganarme la vida escribiendo; un verdadero sueño”, asegura.
Las novelas vendieron millones de ejemplares. En 2014, los medios publicaban que Alfaguara estimaba que, solo en castellano y sumando las ventas en España y Latinoamérica, se habían vendido ya dos millones y medio de ejemplares de los libros. Solo en España, eran un millón y medio. A nivel global, entonces Meyer acumulaba 42 millones de libros vendidos. Ahora serán muchos más, porque a las novelas se sumó una saga de cine que las hizo todavía más populares y que convirtió en megaestrellas a Robert Pattinson y Kristen Stewart (Edward y Bella). Según la prensa estadounidense, la taquilla global de la saga sobrepasó los 3.000 millones de dólares.
Forks, la ciudad real en la que se ambienta la novela, ya cuenta con una industria de turismo literario. Pasó de ser uno de los sitios en los que más llueve en Estados Unidos a el "Forks de Bella y los Cullen".
Por qué funcionó Crepúsculo
En la presentación de la nueva edición, Alfaguara recuerda que, desde su publicación, la novela “cautivó a los lectores y permeó en el espíritu de la época, atrayendo a millones de personas a un romance juvenil”. Carme Agustí Aparisi, profesora de la Universidad Católica de Valencia y que dedicó su tesis doctoral a la saga, explica que su lanzamiento “fue un producto mediático que movilizó a un público juvenil que se identificó totalmente con los componentes de la historia”. “Meyer supo unir vampirismo y amor romántico en una saga literaria entre la literatura fantástica y la romántica”, apunta.
Al final, Meyer no estaba contando nada nuevo. Su saga de novelas incluía clásicos como el triángulo amoroso y el vampiro. “El vampiro siempre ha formado parte del imaginario colectivo”, apunta la profesora. “No es de extrañar, por tanto, que, cuando apareció la saga ‘Crepúsculo’, el boom literario estuviera asegurado”, indica. Ya todo el mundo sabía de qué le hablaban y conocía los códigos del vampirismo, aunque Meyer le hubiese dado una vuelta y creado un vampiro que “ahora ama”.
Por ello, la experta señala que Meyer desestructuró el arquetipo y lo ajustó “a las necesidades de la época”. Edward no era tanto un vampiro malvado como el conde Drácula, sino uno cuyas preocupaciones y vivencias encajaban con las de los años 2000. Agustí Aparisi habla de “la inmortalidad, la belleza y una posición acomodada, con una existencia sin conflictos graves a no ser los amorosos”.

Lo que cambió Crepúsculo
La editora de ‘Crepúsculo’ en inglés, Megan Tingley, asegura que el legado de Meyer y su trascendencia “queda patente en el pujante mercado de la literatura fantástica y romántica que estamos viviendo hoy en día”. Esto es, las raíces del boom del romantasy de estos años se adentran hasta ese momento en el que empezamos a consumir en masa novelas sobre vampiros enamorados.
En su momento, las novelas de Meyer tuvieron un efecto llamada, que se vio en la publicación de otras muchas novelas sobre seres míticos (por ejemplo, hubo un momento de éxito para las versiones de clásicos con hombres lobo, vampiros y similares) y con la presencia cada vez más habitual de sagas juveniles en las librerías. Agustí Aparisi confirma que fue un boom editorial y mediático, leído por toda clase de adolescentes y que protagonizaba muchos debates en internet. La profesora cree que ocupó el espacio que había dejado en la literatura juvenil Harry Potter.
“Todo esto empezó con Harry Potter”, puntualiza Isabel M. Barrios, profesora e investigadora de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR). Fueron las novelas de J.K. Rowling y su mega éxito intergeneracional las que asentaron un frenesí lector. Las sagas de literatura juvenil se encontraron a partir de ahí con un público entusiasta que consumía libros de forma masiva. Y ese éxito de las sagas “con una calidad literaria mayor, menor, regular” (según la saga) ha sido fundamental para afianzar hábitos lectores y, sobre todo, asentar ese cruce generacional.
La literatura juvenil ya no la leen solo los jóvenes. “El término ya de por sí me parece complicado”, reconoce con humor Barrios, porque, como señala, ¿qué determina que algo pueda ser o no juvenil? Cierto que en la adolescencia se conecta con protagonistas jóvenes y ciertos temas, pero estos libros funcionan también para públicos de otras edades, que los leen, se enganchan y los disfrutan. Y eso pasó con ‘Crepúsculo’, que como recuerda Agustí Aparisi fue leído por “jóvenes, tanto chicos como chicas, por muchas madres que deseaban saber qué estaban leyendo sus hijos e hijas” y luego, con el cine, “se completó un fenómeno literario”. “Aún siendo una literatura de consumo fácil y sin pretensiones, jugó su papel en aquel tiempo”, añade.
‘Crepúsculo’ asentó un género, se convirtió en el pistoletazo de salida para otras autoras y novelas (desde la saga ‘50 sombras’ a la carrera de escritoras como Christina Lauren, que empezaron en la fan fiction de la saga) y nos acostumbró a los bombazos literarios. También visibilizó el poder de internet en el consumo de libros.
Hoy “se juntan las dos cosas, la cultura popular con la era digital”, explica Barrios. En la red, es más fácil hablar de libros, encontrar comunidades o hasta shippear personajes. Como explica la profesora, internet permite acercarse a la literatura de otra manera. Barrios suma otra cuestión clave que ha traído internet, que es que ha hecho más fácil la publicación. Ya no tienes que pasar por la industria editorial de siempre: ahí están las webs de fan fiction o la autopublicación. Solo tienes que darle a un botón y lanzar la historia al mundo.
