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Valeria Mazza, sobre sus difíciles inicios: "Expuesta a hombres tratando de engancharse a una modelo"

Valeria Mazza nunca quiso entrar en el juego de la noche: "Expuesta a hombres"
Valeria Mazza habla de cómo eran las fiestas nocturnas a las que acudían las modelosDivinity
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Valeria Mazza tenía tan solo 18 años cuando comenzó a trabajar como modelo en Argentina y no tardó en llegarle la primera oportunidad internacional. El mundo de la moda puso sus ojos en ella y muy pronto le ofrecieron viajar a Milán. Ella aceptó y empezó a descubrir el otro lado de la industria. "Era horrible, te hacían parar con poca ropa, te miraban de arriba abajo, era intimidante. Por momentos me sentía muy mal", recuerda la modelo en este documental. Sin embargo, no dejó que eso la frenara y ya en aquel entonces, pese a su juventud y su escasa experiencia supo sobreponerse. "Como autodefensa me decía, 'soy más que esto'", dice la modelo en 'Valeria Mazza, un sueño dorado', una docuserie que puedes ver en Mediaset Infinity.

Instalada ya en Italia, donde es muy conocida y querida, vivió momentos complicados. "Sentía que estaba trabajando y a nadie le importaba lo que te pasaba", dice Mazza, que compartió casa con otras jóvenes modelos. Sus padres y su hermana saben bien lo que pasó en aquella época. "Tuvo fuerza de voluntad para vivir lo que ella vivió porque no se sabe la mitad de lo que ella vivió", recuerda su padre, Raúl, mientras que su hermana Carolina (que según Valeria era la que realmente quería ser modelo) recuerda que pasaban mucho tiempo sin verse. "Eran meses enteros sin vernos y sin tener noticias. Te ibas, y te ibas", dice en este documenta sobre aquella época en la que los móviles no estaban a la orden del día y mantener el contacto no era tan sencillo como ahora.

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Valeria se mantuvo alejada del mundo de la noche y los excesos

También fue en esta época en Milán cuando Valeria comenzó a descubrir los entresijos del mundo de la industria. La moda era mucho más que pasarelas, sesiones de fotos y spots. Si querías estar en lo más alto era importante moverse en el mundo de los clubs nocturnos y las fiestas, donde realmente se hacían los contactos. "Salíamos a bailar. Era una locura. Había drogas. Todos tenían sexo", ha contado Joey Hunter, exagente de Valeria Mazza en la Ford Model Agency. Las modelos lo sabían y era habitual verlas en fiestas. Sin embargo, a Valeria no le gustaba el juego de la noche y "sabía cuándo abandonar la fiesta", tal y como ha revelado Cory Bautistas, agente de la argentina.

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Ya entonces Valeria mantenía una sólida relación con Alejandro Gravier, su marido, a quien conoció en 1990 y la acompañaba siempre que podía a estos eventos de los que ella no disfrutaba y en los que permanecía el tiempo justo. "Ese era el momento en el que podías ir a compartir y generabas otro tipo de vínculo. Me costaba horrores, prefería irme al hotel que seguir de fiesta y exponiéndote", recuerda Valeria en este documental sobre estas fiestas en las que "era decir que no, no, no...".

No era solo hacer contactos. Había una parte turbia que a la argentina no le agradaba en absoluto. "Estabas expuesta a un círculo de hombres que siempre estaban tratando de engancharse a una modelo. Y había acceso a lo que quisieras. Para qué exponerme a una situación que no me divertía y a la que iba a decir que no. Si no vas a participar te vas", dice la modelo, que ya en aquel entonces tenía claro que quería formar una familia junto a su pareja. "No quería jugar con fuego y no quería que nada intercediera en este que era mi gran sueño".

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Su lucha con la báscula

Pero la noche, los excesos, el sentir que a nadie le importaba lo que le ocurría no eran los único a lo que tuvo que enfrentarse en estos años. "Hay una exigencia enorme por entrar en los vestidos porque la colección está hecha y sois vos la que tienes que entrar. Te tiene que encontrar muy bien plantada y muy segura para no enfermarte. Yo soy de las que siempre tuve que pelear con el peso", dice Valeria, que hace hincapié en lo duras que pueden ser las exigencias para poder participar en un desfile. "Empecé a cuidarme y después yo me sentía que estaba bien, pero llegabas a Milán, a los desfiles, y no estás bien."

Hay que ser muy fuerte mentalmente para sobrellevar esa presión y Valeria lo fue. Eres joven, eres vulnerable y tienes la necesidad de pagar las cuentas y empiezas a escuchar no y empiezas a pensar por qué elegir a otra y empiezas a perder tu norte. Tener tu gente, gente que te quiere, que te va a hacer ver otro aspecto de la situación, porque cuando estás ahí metido todo pasa por verse bien y entrar dentro de un vestido", dice Valeria, que cree que hay que mantenerse firme y estar muy bien rodeada para no empezar a sufrir un trastorno alimenticio. "No vale la pena enfermarse por entrar en un vestido. Cuando trabajas en la moda, tu cuerpo es tu herramienta de trabajo y todo el tiempo te están midiendo y pesando y la exigencia es grande y es importante mantener tus objetivos claros y tus valores muy presentes", dice la modelo, que tres décadas después se mantiene firme en sus convicciones y sigue siendo una de las grandes tops del mundo.