Lavarse el pelo todos los días puede ser contraproducente, ¿mito o realidad?

  • Es muy probable que hayas escuchado, en muchas ocasiones, que lavarse el pelo todos los días no es nada bueno.

  • Suelen ser varias las razones que se alegan reafirmando esta opinión, como que el pelo se estropea con más facilidad o que pierde su brillo.

Seguro que más de una vez has escuchado que no es bueno lavarse el pelo todos los días. También, habrás visto a gente que lo hace cada día y su cabello luce impoluto. Suelen ser varias las razones por las que la gente decide solamente lavarse el pelo un par de veces a la semana y, normalmente, se suele hablar de que si se aumenta esta frecuencia, al final, acabará estropeándose. Pero, ¿esto es real o se trata de un simple mito?

Si nos ponemos a pensar, el pelo será más fácil de peinar y tratar si no está recién lavado, pero también podrá ser que nos dé la sensación de que está excesivamente graso o sucio. En cualquier caso, será muy importante que todos estos extremos los consultes a un especialista, ya que, a lo mejor, puedes necesitar un tratamiento especial y no será suficiente con un champú del supermercado.

Eso sí, si tenemos nuestro cuero cabelludo sano y sin ninguna complicación, como puede ser dermatitis o caspa, lo mejor será que veamos cómo se encuentra nuestro pelo. Habrá algunos que luzcan más si se lavan todos los días, mientras que otros podrán aguantar hasta dos o tres días sin pasar por agua y que no se note que está sucio. Sea como sea, si te estás planteando dejar de lavarte la cabeza todos los días de la semana, debes saber por qué tomas esta decisión. ¿Es cierto que esto afectará menos a tu pelo y hará que se vea más suave y con más brillo?

¿Hay que lavarse el pelo todos los días?

Como ya hemos comentado, un pelo recién lavado será más desobediente y podrá peinarse con menos facilidad. Por eso, si lo que deseas es hacerte un peinado, como una trenza o un recogido, lo más recomendable será que espacies los lavados. Será más fácil de trabajar cuando hayan pasado unos días, ya que su textura será diferente y los pelos se mantendrán en su sitio. En el caso de que te hayas teñido el pelo o te hayas dado mechas, lo más recomendable será, también, que no te laves el pelo todos los días. Mucho champú y agua harán que ese tinte se vaya con más facilidad y, por eso, perderá luminosidad. Eso sí, en este último caso es muy importante que utilices un champú adecuado a cabellos teñidos.

Sí que es cierto que, cuanto más te laves el pelo, más aceites esenciales perderá. Por eso, utilizar demasiado champú hará que tu cabello tenga menos brillo y más aún si, tras cada lavado, te lo secas con un secador, que también podrá dañarlo con el paso del tiempo. Por tanto, lo más recomendable será tratar tu pelo de la forma más natural posible, sin la intervención de secadores o planchas. Cabe destacar que si no te lavas el pelo todos los días ahorrarás tiempo para invertirlo en otros menesteres.

Debes tener en cuenta si tienes el pelo graso o seco

Habrá que tener en cuenta el tipo de pelo que tienes a la hora de lavarlo. Por ejemplo, si tienes el pelo seco podrás espaciar la frecuencia del lavado y hacerlo hasta dos veces por semana. También, será muy importante la forma de lavarlo, ya que, según los expertos, lo mejor será limpiar el cuero cabelludo, no la melena. En el caso de las personas que tengan el cabello graso, sí que es cierto que deberán aumentar la frecuencia de lavado, además, deberán utilizar un champú especial, ya que el exceso de grasa del cuero cabelludo puede obstruir los folículos pilosos. En estos casos es recomendable que combines un champú específico con otro más neutro para alcanzar el resultado deseado.

En el caso de que hayas decidido lavarte el pelo a diario tendrás que utilizar un prechampú o una loción capilar exfoliante. También, deberás mojar el pelo con agua tibia y someterte a diferentes tratamientos si tienes el cuero cabelludo graso. Por eso, lo mejor será que te apliques alguna mascarilla desde el medio hasta las puntas y no deberás olvidarte de los tratamientos específicos para la caída, como los champús, lociones o ampollas.