No es grave pero puede acarrear problemas psicológicos: ¿Qué es el pecho tuberoso y cómo se puede corregir?

  • Algunas mujeres sufren de pechos tuberosos, que podrán afectar gravemente a su estética y, por ende, a nivel psicológico.

  • Las causas de los mismos no se conocen de forma exacta y la única manera de remediarlo será pasando por quirófano.

Con el paso de los años, los pechos se van desarrollando. Este proceso comienza entre los siete y los catorce años de edad y se completa entre los trece y los dieciocho, aunque sí que es cierto que se puede producir un cambio gradual en los años posteriores. El desarrollo de las mamas será impulsado por unas hormonas, denominadas estrógenos, que serán las encargadas de la evolución de nuestro pecho. Debido a la complejidad del desarrollo y a su variedad, nos podemos encontrar con mamas tuberosas, que pueden suponer un gran complejo para muchas mujeres, ya que se producirá una asimetría mamaria y areolas grandes, algo que solamente podrá ser eliminado pasando por el quirófano.

Qué es un pecho tuberoso

Pero, ¿qué es realmente un pecho tuberoso? Se trata de una alteración en el desarrollo de las mamas que tiene lugar durante la adolescencia. Esa tuberosidad en el pecho está caracterizada por unas mamas que crecen hacia delante, es decir, hacia la areola. Es por eso que el pecho quedará con forma como de cono o tubo. Otra de sus particularidades es que, como ya hemos comentado, suele producirse una clara asimetría. Es decir, un seno será más grande que otro y, aunque esto suele aparecer en la adolescencia, sí que es cierto que se podrá mantener en el tiempo. Este hecho suele causar una gran incomodidad y complejo a aquellas chicas más jóvenes, llegando a afectar a su autoestima y a sus relaciones personales.

Cuáles son sus causas

Las causas del pecho tuberoso no se conocen de forma exacta. Sin embargo, sí que se relaciona con una alteración genética de la piel que cubre la glándula mamaria. Además, no tendrá que ser una malformación de carácter hereditario. Esta alteración hará que la piel tenga una rigidez que sea bastante anormal, lo que impedirá que el pecho pueda expandirse de forma normal. Eso sí, se trata de un proceso benigno y no se relacionará con un riesgo aumentado de cáncer de mama ni de otras patologías. Por tanto, su única afectación será a nivel estético y, por eso, puede afectar también a nivel emocional. Es muy posible que, conociendo las características, te preguntes si tienes un pecho tuberoso. Aunque eso sí, antes de nada, deberás saber qué esto tiene que diagnosticarlo un cirujano plástico.

Para saber si tienes unas mamas tuberales, estas tendrán una forma de tubo o cono, con una base estrecha y el pecho alargado. Las mujeres con este problema suelen tener unas areolas grandes y asimetría mamaria. Además, esta tuberosidad no tiene que aparecer en ambas mamas, sino que podrá darse solamente en un pecho. Otro rasgo podrá ser si se tiene los pechos demasiado separados, si hay poca o ninguna piel en el borde inferior del pecho y la areola y si no hay un surco mamario, es decir, esa curvatura debajo del pecho.

Grados de pecho tuberoso

Nos podemos encontrar con distintos grados de pechos tuberosos. En el Grado 1 se engloban el 50 por ciento de los casos y la areola estará desviada hacia abajo y hacia dentro, produciendo un efecto como si el pecho estuviera caído. El Grado 2 hace referencia al 25 por ciento de los casos y afectará a aquellas mujeres que tienen una areola excesivamente grande y que mira hacia debajo. Además, tendrá una forma tubular. El Grado 3 corresponde a, al menos, el otro 25 por ciento de los casos y se trata de la forma más severa. Eso sí, cabe destacar que existe una gran variedad de pechos tubulares, por lo que un buen diagnóstico será clave para corregir la mama tuberosa operada.

La forma de acabar con estas mamas tuberosas será pasar por el quirófano, corrigiendo la forma del pecho y reduciendo el tamaño de la areola. El cirujano realizará la intervención por la zona periareolar, ya que será frecuente encontrarnos con una areola grande y que tengamos que reducir. A partir de ese momento, se accederá a la glándula mamaria y se realizarán una serie de cortes que servirán para conseguir que esta no se expanda y, así, ganar espacio a lo ancho. Luego, también bajarán el surco mamario para ganar más centímetros de piel y conseguir una mayor curvatura. Una vez que ya esté reconstruida la mama, se colocará una prótesis. En el caso de que haya una fuerte descompensación entre los dos pechos, se pondrá un implante también en la otra mama. El postoperatorio se realizará con drenajes, para que no se congestione en exceso.