Paso a paso: aprender a planificar un menú semanal saludable es muy sencillo

  • Nada como una buena planificación para conseguir una alimentación sana y equilibrada.

  • Con las pautas que te ofrecemos puedes mejorar lo que comes cada semana de una manera sencilla y eficaz.

Es difícil conseguir mantener, día tras día, una alimentación saludable a menos que sigas algún tipo de planificación. Y comer correctamente no es algo que debamos descuidar, porque una buena alimentación es el punto de partida para conseguir otros objetivos que necesitamos para mantener una buena salud, como son hacer deporte o dormir las horas suficientes con un sueño de calidad. Así que, si crees que tu alimentación no es la adecuada aunque te empeñes en conseguirlo, has de ponerte manos a la obra para mejorarla y asegurarte de que cada día comes de manera sana y equilibrada.

Planificar al día es, por lo general, bastante complicado, y nos deja en manos de la improvisación casi siempre, por no hablar de que es más difícil llevar algún tipo de control del tipo de nutrientes que ingerimos, de si son suficientes o estamos teniendo carencia de algunos.

Pensar en semanas es la manera más sencilla y eficaz de comer variado y sano, con menos gasto de tiempo y dinero que si lo decides todo en el mismo día. Para que puedas empezar desde ya a cuidar (aún más) tu alimentación, te ayudamos a que puedas planificar tu menú semanal según tu estilo de vida y preferencias, siempre de manera saludable.

¿Cuántas veces comes al día?

No todos comemos de la misma manera ni las mismas veces al día, aunque parece que sigue predominando la idea de que lo ideal son 5 comidas repartidas a lo largo del día. Pero lo cierto es que no todo el mundo desayuna, o no de la misma manera, y hay quien practica los ayunos intermitentes, como el 16/8 o el 12/12.

Es decir, no hay un número mínimo ni máximo de comidas que debas hacer al día, sino más bien de cuáles son los nutrientes que necesitas. Piensa primero en tu estilo de vida y en qué tipo de alimentación quieres llevar, y a partir de ahí podrás planificar.

Primero los alimentos, luego las comidas

Divide los principales alimentos por grupos y por porcentajes aproximados que debes consumir al día, para que evitar cualquier tipo de desequilibrio con los nutrientes y poder tener una visión de conjunto de cómo te estás alimentando. A la hora de componer platos principales, piensa en que el 50% debería estar compuesto por vegetales, un 25% por hidratos y otro 25% por proteínas. Para el postre la mejor opción es la fruta, aunque puedes incluir yogures naturales sin azucarar.

  • Proteínas: pueden ser de origen a animal (carne fresca, pescado, huevos o marisco) o vegetal, como las legumbres o el tofu. Procura incrementar el consumo de legumbres y reducir la carne roja a una ración a la semana.
  • Cereales o hidratos: no es necesario que este grupo esté presente en cada comida, aunque no lo elimines de tu dieta. Aquí se incluyen también las legumbres, además de los tubérculos, y la pasta, el arroz y el resto de cereales, que han de ser en la medida de lo posible integrales.
  • Frutas y verduras: puesto que la mitad de lo que debemos ingerir en un plato principal han de ser verduras y hortalizas puedes pensar en toda la variedad que quiera de las mismas, para saltear, cocer, asar… En cuanto a la fruta la recomendación es incluir entre 2 y 4 piezas al día.
  • Grasas saludables: prioriza el uso del aceite de oliva, tanto para cocinar como para aliñar. También puedes obtener este tipo de grasas del aguacate, del pescado azul y de los frutos secos.
  • Líquidos: es fundamental contemplar la ingesta de líquidos, aunque la demos por hecho. Opta por beber agua siempre que puedas e incluye algún caldo en tus menús. Las infusiones también cuentan como ingesta de líquido y pueden ser de gran ayuda si las combinas de manera adecuada: el té como estimulante, alguna hierba digestiva después de las comidas...

Una vez que has completado los diferentes grupos de alimentos, es el momento de pensar en aquellas comidas que te gustan. Si no te da pereza cocinar lo tendrás fácil, pero si guisar no es lo tuyo, o no dispones de mucho tiempo, póntelo fácil, por lo menos al principio. Reserva para los fines de semana los platos más elaborados, y deja para el resto de días aquellos que son más sencillos. Al final, se trata de compensar para conseguir que la semana sea saludable en conjunto.

Haz una buena compra

Una vez que hayas elaborado tu menú semanal, pon al lado de cada plato los ingredientes que necesitas para poder elaborar la lista de la compra sin que te falte nada (y tampoco te sobre).

Para elaborar la lista no hay nada como una buena organización de la misma que te permita hacer la compra de manera ágil y efectiva. Para ello separa los ingredientes por tipos de alimentos y, a ser posible, ponlos en la lista por orden alfabético, para visualizar mejor lo que necesitas. Si vas a ir a diferentes tiendas haz una lista para cada una de ellas: carnicería, pescadería, frutería… y aprovecha ese momento para ver qué alimentos te atraen y no has incluido en tu plan semanal, porque puedes incluirlos en el siguiente.