"No voy a tu boda por dinero": 1 de cada 3 españoles ya rechaza acudir por sus costes

El 52,4% de la población reconoce que ha sentido presión para ir a algún enlace y el 40% deja de comer fuera y recorta ocio para ahorrar para la temporada de bodas
"Tu boda y la despedida me arruinan": cómo decir que no cuando te invitan
Para alguna gente, la llegada del verano se traduce en agobio. Agobio y dolor financiero: son las personas que se ven arrastradas a una larga temporada de bodas y que tienen que afrontar todos los gastos derivados de ellas. Que tus amigos sean felices y coman perdices te alegra, pero a tu cartera le crea sudores fríos.
La lista de gastos que deben afrontar los invitados de las bodas es larga. Está la compra del look que se llevará al enlace (y para el que no siempre se puede repetir vestidos o trajes que ya se tienen en casa), el gasto de peluquería o el de desplazarse al lugar de la boda. Si se forma parte del círculo más cercano de los contrayentes, es más que posible que se tenga que pagar también la despedida de soltera.

Y luego está el regalo a los novios, uno de los dolores de cabeza más complejos de la invitación de bodas. ¿Cuánto les vas a dar y cu ánto es el mínimo que no te hará quedar como la invitada más 'ratilla'? Las expertas en protocolo confirman que no hay normas escritas sobre cuánto valor debe tener el regalo, que además varía incluso según áreas geográficas. La sabiduría popular ha consensuado que, como mínimo, debe cubrir el plato de comida. Este año, se mueve entre 150 y 250 euros, aunque hay quien lo sube todavía más.
Por tanto, decir que no a la invitación a una boda por cuestiones económicas no es tan raro ya. Según un estudio de la red de pagos Klarna, este verano lo harán 1 de cada 3 personas.
Los costes de un boda en España
Si una boda les sale a quienes se casan por bastante dinero (24.618 euros de media, según el 'Informe del Sector Nupcial 2025' de Bodas.net, y con precios al alza por la inflación), a quienes van de invitados les cuesta también bastante. Según Klarna, la horquilla de gasto en la que se mueve la mayoría de invitados españoles a bodas anda entre los 300 y los 850 euros. Aun así, el balance final puede ser mucho más elevado: un 33% de los invitados encuestados reconoce que se tiene que dejar más de 850 euros. La mayor partida de gasto se la lleva el alojamiento (30%), seguido por el regalo (29,93%) y el transporte (20,32%).

¿Cómo afrontar este impacto económico? Para quienes dicen que sí, la solución está en el ahorro. El informe apunta que el 40% empieza a ahorrar antes de la boda para afrontar este desembolso, lo que lleva a evitar gastos en placeres y disfrutes propios. Se reduce el ocio o el comer fuera de casa para compensar los gastos de la temporada de bodas. Otros recurren a los préstamos (un 12,7% tira de tarjeta de crédito, un 10,8% de pedir a la familia o amigos un préstamo y otro 10 de servicios de compra ahora y paga mañana).
Luego, por supuesto, está quienes dicen que no irán.
Cómo decir que no vas a una boda
Decir que no a una boda no es siempre sencillo. El compromiso continúa pesando demasiado: el 52,4% de la población española reconoce que ha sentido la presión para que fuese a una boda. Al final, ir por compromiso sigue siendo tan habitual como hace años, incluso si las cifras medias de invitados en las bodas españolas se han reducido en la última década.
Pero se puede rechazar una invitación. Las claves para decir que no a una boda y sobrevivir a ello pasan por la sinceridad y la transparencia. “Se lo debemos decir desde la sinceridad y confianza, trasladarle que no podemos asistir porque nos genera un coste demasiado caro que en la actualidad no podemos asumir”, nos cuenta Montserrat Amorós Gómez, doctora en Psicología y profesora de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR). Hablarlo de forma directa, dejar claro que no es que no te apetezca, sino que se te escapa el coste o evitar excusas y mentiras ayuda.
La empatía —tanto del lado de los invitados como de los novios— es crucial para que el no a una invitación de boda no se convierta en motivo para un enfado.
Y si vas, ¿cómo gastar lo menos posible en una boda?
Pero ¿qué hacer si no te queda más remedio que asistir o realmente quieres hacerlo? ¿Cómo reducir la cuenta de gastos? Dar prioridad a unos eventos sobre otros ayuda a bajar la factura final. Esto es, si tus cuentas no son boyantes, quizás es mejor no ir a la despedida de soltera y quedarse con la boda. El agobio económico será menor y se disfrutará más de la experiencia.

Después, y por mucho que rompa con la magia, quizás habría que mirar la temporada de bodas de una manera parecida a la que se gestionan otros gastos, como pagar los recibos. “Igual que planificamos y presupuestamos las vacaciones, tiene sentido reservar una pequeña cantidad mensual a lo largo del año para este fin, un fondo de invitación a bodas”, asegura Karoline Bliemegger, experta en finanzas y jefa de producto en Klarna.
Bliemegger recomienda marcarse un tope de gasto para cada boda y ser fiel a ese presupuesto, participar en regalos grupales para aligerar el coste si es posible o comprar la ropa o el alojamiento “de forma inteligentes” (por ejemplo, echando mano de las rebajas, alquilando trajes o reservando con antelación para bajar el coste medio). Luego está la cuestión de no sentirse culpable por decir que no. La experta señala que no hay que comprometerse en exceso. “Ser considerado no siempre significa acudir en persona”, recuerdan en el informe. Si te sobrepasan las invitaciones que recibes, no pasa nada por decir que no a alguna.