La cantidad del dinero del regalo que hay que dar en las bodas en 2025, tras el aumento de sus costes

Una boda sale en España por unos 24.618 euros, un 4% más cara que en 2024 y un 17% que en 2022. La inflación y las nuevas tendencias en bodas explican el alza
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Llega el verano y llega también la temporada alta de las bodas, una que este año tendrá un coste más elevado que en el año pasado. Eso es lo que sienten en sus bolsillos muchas personas que están planeando su boda ahora mismo y es lo que confirman las estadísticas y las percepciones desde dentro de la industria.
Según el 'Informe del Sector Nupcial 2025' de Bodas.net, el coste medio de una boda en España está ahora mismo en los 24.618 euros, una cifra que supone un 4% más de lo que costaba en 2024. Si abrimos aún más la horquilla, la escalada se nota todavía más. En comparación con 2022, casarse es ahora un 17% más caro. “Sí, definitivamente hemos notado un incremento en los costes, especialmente en todo lo relacionado con gastronomía, flores, alquiler de mobiliario y personal”, apuntan Marta Rivadulla y Celia Torres, socias de El sofá amarillo, una empresa organizadora de bodas.

¿Por qué suben los precios de las bodas?
Las bodas no permanecen al margen del mundo en el que se celebran: si los precios de las cosas suben, también lo hacen los de las bodas. “La subida no es exagerada, pero sí sostenida, y va en línea con la inflación general, aunque en algunos casos (como en proveedores premium o floristas con alta demanda) se ha notado un ajuste algo mayor”, explican Rivadulla y Torres.
A eso hay que sumar cómo han cambiado las propias bodas y cómo se han ido sumando elementos a la celebración, que elevan el coste final. “El cambio de tendencia a la hora de celebrar una boda también tiene mucho que ver con esta subida del presupuesto”, añade Cristina González, responsable de prensa y comunicación de Bodas.net. “Las nuevas generaciones están cambiando la forma de celebrar el gran día”, señala. Las investigaciones del 'Informe del Sector Nupcial 2025' hablan de que, ahora, las bodas implican contratar a más profesionales y proveedores (de media 12, dos más que en 2024) y son más largas. “Casi el 70% de las bodas cuenta con eventos durante 2 o más días”, indica González.
Incluso la tendencia a ser más selectivos con a quién se invita no implica necesariamente reducir las cuentas. “Las parejas más jóvenes ya no quieren invitados por compromiso”, señala la experta. “Ahora quieren una celebración única con las personas más importantes de su vida que recuerden con tanto cariño ese día como ellos mismos”, indica. Esto hace que la celebración se llene de momentos memorables y experiencias únicas, que cuestan dinero. Si antes de la pandemia una boda tenía 130 invitados de media, ahora rondan los 116, pero el coste por cabeza ha subido. “En concreto, el gasto medio por invitado se sitúa en los 212 euros”, apunta González.
A los novios el dinero se les va en el catering, la decoración personalizada, la música y la producción técnica, enumeran desde El Sofá Amarillo. “En bodas del perfil que nosotras organizamos, muchas veces se busca una experiencia inmersiva para los invitados, lo que también implica costes adicionales como iluminación, performances o montaje escénico”, suman Rivadulla y Torres. A los invitados, lo que les toca la cartera es el alojamiento, el traje y el regalo.

Qué pasa con los regalos
La sabiduría popular dice que los regalos de boda son fundamentales para pagar el enlace. Los estudios lo confirman: el 48% de las parejas paga el enlace con el dinero de los regalos, según el informe de Bodas.net. ¿Deben entonces los invitados subir también el total de lo que regalan? ¿Qué nos dice el protocolo nupcial sobre lo que es correcto a la hora de regalar a los contrayentes?
“La mala noticia es que el protocolo nupcial no existe. No hay normas ni reglas”, responde Marina Fernández, directora de comunicación y RRII de la Escuela Internacional de Protocolo y Eventos. Tener una chuleta que te diga qué debes hacer sería muy cómodo, pero no existe. Fernández apunta que necesitas tirar de lo que es la costumbre en el lugar en el que estás (y existen diferencias incluso dentro de España de lo que es habitual y no) para determinar qué cifra entregar. La experta recomienda fijarse en la invitación: si hay una lista de bodas o nos dan el número de cuenta, lo mejor es respetarlo y usarlo. Si no lo tenemos muy claro, “hay que tirar de teléfono” y preguntar a la pareja si tenemos confianza o “a un cómplice” si hay menos sobre lo más correcto.
Si no vas a dar una cantidad elevada, acompáñalo con una tarjeta escrita a mano, un detalle personal o una experiencia simbólica
Desde Bodas.net hacen una cuenta rápida partiendo de los costes medios del banquete (13.000/14.000 euros) y los invitados medios de una boda española (116), que dan una horquilla de un mínimo entre 112 y 120 euros, que se suelen redondear a 150 (González señala que en su web tienen una calculadora para que puedas hacer el cálculo concreto de la boda a la que vas a ir). “Lo ideal es que el regalo cubra, al menos, el cubierto del invitado”, recomiendan desde El Sofá Amarillo. Eso hace que, según sus cálculos, haya que moverse en una horquilla que va de los 150 a 250 euros por persona, “dependiendo del tipo de celebración”.
¿Hay alguna manera de evitar parecer cutre con el regalo, tanto en su fondo como en la forma en la que entrega? “Más que el importe exacto importa el gesto y cómo lo entregas”, explican Rivadulla y Torres. “Si no vas a dar una cantidad elevada, acompáñalo con una tarjeta escrita a mano, un detalle personal o una experiencia simbólica que complemente el regalo económico”, recomiendan.
Regalar cosas para casa, como elementos de decoración o electrodomésticos, algo con mucho gancho en el pasado, se ha ido quedando progresivamente pasado de moda, confirman desde Bodas.net, ya que lo habitual ahora es que las parejas convivan antes del matrimonio. Esto es, ya tienen la casa montada. Marina Fernández advierte sobre los regalos personalizados, que no se pueden devolver. “Tienes que estar 100% segura de que les va a gustar”, me dice. Si no, se va a convertir en un trasto más que andará por casa y un regalo fallido por muy original que sea.
¿Mismo regalo en una segunda boda?
Otro de los cambios que se han afianzado en estas últimas décadas es el crecimiento de los segundos enlaces. Tras una primera relación fallida, las personas dan una nueva oportunidad al matrimonio con una segunda boda. Pero ¿cambian entonces las cosas en cómo debe ser el enlace y cómo el regalo?

“No hay reglas ni normas. Si te invitan a una segunda boda tienes que celebrarla como la primera”, señala Fernández. Se trata de nuevo de la celebración de una historia de amor, exactamente como fue el primer enlace de la persona que te invita, y esto es lo que se debe tener presente cuando se escoge el outfit y cuando se hace el regalo. Otra cosa es que la pareja marque un tono más relajado que en sus primeros enlaces, sino “es lo mismo”.
“Si la segunda boda es más íntima o informal, el regalo puede ser más modesto sin problema. Lo importante es que sea coherente con el tipo de boda”, explican desde El Sofá Amarillo. “No es necesario repetir el mismo desembolso que en la primera boda si el contexto ha cambiado”, indican.

Las organizadoras de bodas confirman que los prejuicios sobre los segundos enlaces están despareciendo. “Hoy en día, muchas segundas bodas se celebran con tanto mimo y cuidado como la primera”, indican. Suele cambiar el enfoque, con menos protocolo y más gustos personales. “No tiene por qué ser más discreta, pero sí más libre. Las segundas bodas pueden ser incluso más especiales, porque se celebran desde un lugar de madurez y autenticidad”, explican. Muchas veces, hasta en esas bodas participan los hijos e hijas de ese primer matrimonio.