50 años de la primera boda de la princesa Ana de Inglaterra: recordamos los detalles del enlace

La princesa Ana de Inglaterra es una mujer felizmente casada, eso sí, no con su primer marido. Timothy Laurence es el hombre que actualmente la hace feliz y con quien se casó ocho meses después de firmar el divorcio con su primer marido, Mark Phillips

Cuando el divorcio fue oficial, en abril de 1992, llevaban ya bastante tiempo separados. De hecho, tras muchos rumores que señalaban que nunca se les veía untos y que ambos mantenían relaciones con otras personas, la pareja confirmaba el final de su matrimonio. En 1989 anunciaron que dejaban de vivir bajo el mismo techo.  

La primera boda de la princesa Ana de Inglaterra

La princesa Ana y el militar Mark Anthony Phillips se conocieron durante un evento ecuestre en Ciudad de México y cinco años después se casaron tras una pedida de mano en la que la novia no dudó en presumir de anillo, una alianza con un zafiro escoltado por dos diamantes. 

El enlace fue la primera boda real que se emitió en televisión tras la llegada del color y se celebró el 14 de noviembre de 1973, en la abadía de Westminster, el mismo lugar que había visto cómo los padres de Ana, la reina Isabel y el duque de Edimburgo, sellaban su amor. Fue todo un acontecimiento, porque la princesa Ana fue la primera de sus hermanos en pasar por el altar, todo Londres lo siguió con interés y más de 27 millones de personas la siguieron por televisión.

Junto a su padre y padrino, la novia recorrió la distancia desde el palacio de Buckingham hasta la abadía en una carroza de cristal. Su madre se desplazó junto a sus hermanos mayores en la carroza de Estado escocesa. Su hermano Eduardo, que en aquel momento tenía nueve años, ejerció como paje, y la hija de la princesa Margarita, de la misma edad, como dama de honor. 

La novia lució un vestido de estilo Tudor creación de Maureen Baker, diseñadora jefe de Susan Smalls. De corte princesa y cuello alto, las mangas conseguían captar la atención gracias a su diseño trompeta, que contrastaba con el cuerpo ajustado del vestido. El diseño contaba con una cola de dos metros. 

También lució un velo de malla de seda bordada con motivos florales, sujeto gracias a la tiara de flecos de su bisabuela, María de Teck. El look dejaba a la vista el voluminoso moño de la princesa. El novio, por su parte, se vistió con el uniforme de su regimiento, la Guardia de Dragones de la Reina. La alianza de la princesa Ana, igual que las de su madre, tía y abuela, se elaboró con oro galés. 

Como es tradición, los novios saludaron a los curiosos desde el balcón y después se desplazaron de nuevo al palacio para la celebración, con un menú que incluía langosta, perdiz y helado de menta. Durante su luna de miel, que comenzó al día siguiente tras pasar la noche de bodas en White Lodge, recorrieron los océanos Atlántico y Pacífico, a bordo del yate real Britannia.