El refugio de Charlène de Mónaco: así es la finca Roc Agel

Roc Agel ha sido el refugio de los Grimaldi desde que Rainiero y Grace Kelly lo adquirieron poco después de su boda
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Esta propiedad pertenece a la familia Grimaldi desde un año después de la boda de Rainiero de Mónaco y Grace Kelly, quienes quedaron enamorados de Roc Agel, un refugio alejado de palacio y donde podían disfrutar de la intimidad y privacidad del lugar, que reforzaron plantando árboles alrededor de la propiedad, consiguiendo así una suerte de muralla natural que les mantenía alejados de miradas indiscretas.
Años después, también se ha convertido en el refugio de Charlène, tanto en solitario como acompañada de su marido y sus hijos, los príncipes Jacques y Gabriella.
Roc Agel: el refugio de Charlène de Mónaco
En la frontera entre Francia y Mónaco se encuentra Mont Agel, una zona montañosa donde se encuentra el que con el tiempo se ha convertido en el refugio preferido de la Casa Real monegasca desde hace décadas. Las imágenes del lugar son escasas, solo ha sido fotografiado por la cámara de Grace Kelly y por los fotógrafos que recogieron las imágenes de los dos elefantes que Estefanía de Mónaco refugió en esta finca tras rescatarlos de un circo en 2013, Baby y Nepal.
Según se contaba en la época, Rainiero se ocupaba personalmente del jardín, mientras que Grace se encargó del interior de la casa. No obstante, en 2015, Alberto y Charlène renovaron la propiedad, haciendo que la nadadora pudiera poner su toque personal en un lugar que desde el principio de su relación con el Príncipe se convirtió para ella en un lugar seguro.
Entre los muros privados y alejados de miradas indiscretas, Charlène puede alejarse de las preocupaciones y disfrutar de todo lo que esta granja donde se practica la agricultura ecológica tiene para ofrecerle. En la finca además cuentan con diversos animales (como vacas Jersey y gallinas rojas) que disfrutan también del espacio que les proporcionan las 56 hectáreas que ocupa Roc Agel.
En este lugar, Charlène puede hacer deporte, una de sus grandes pasiones, no por nada era nadadora profesional cuando conoció a Alberto de Mónaco. En Roc Agel puede jugar al golf y al tenis, nadar, leer e incluso hacerse cargo del huerto, algo que parece apasionarle, pues le da la oportunidad de aprovechar las verduras para preparar platos vegetarianos, tal y como recogen en Mujer Hoy.
También es habitual verla tomar café en alguna cafetería cercana a la finca y, cuando el matrimonio pasa tiempo allí juntos, algo que suele suceder durante las vacaciones de verano, no es raro que cenen en algún restaurante de la zona.
Un rincón en el que Charlène se permite ser ella misma y relajarse, sin tener que estar pendiente de que todas las miradas sigan todos sus movimientos, algo que se ha convertido en habitual en la vida de la princesa. El que fuera refugio de los padres de Alberto ahora lo es también de la familia que ha formado junto a Charlène, encontrando tras los árboles plantados por los Grimaldi la tranquilidad que tanto necesitan, alejándose de intrigas palaciegas y rumores.