Niños

El duro testimonio de una profesora sobre el acoso que sufre de sus alumnos que se ha hecho viral: "Un infierno"

Ana Lirio
Ana Lirio es profesora de alumnos de 2º y 3º de la ESOInstagram @ana__lirio
Compartir

Hace una semana, la profesora de educación secundaria Ana Lirio, se sinceraba en redes sociales sobre el difícil momento que estaba viviendo en las aulas en el instituto con unos adolescentes que no solo no escuchan a sus padres sino que también han convertido el centro escolar en un campo de batalla. Hablar sobre ello no era el propósito de su cuenta. Su Instagram es su particular espacio seguro. Un lugar donde reflexionar sobre aquello que la inspira y la hace feliz, un lugar en el hablar de literatura, de naturaleza... Todo muy alejado de su faceta profesional. Sin embargo, con el comienzo de curso hace tan solo unas semanas, Ana ha sentido la necesidad de abrirse, de soltar lastre y compartir también aquello que le provoca una gran angustia: enfrentarse al día a día en las clases.

Ana da clase a alumnos de 2º y 3º de la ESO que, aunque tan solo tienen entre 13 y 14 años (el paso al instituto se hace con tan solo 12 años), han convertido en un auténtico calvario diario cada jornada escolar. "No suelo hablar de mi trabajo porque no me gusta. Pero hoy lo voy a hacer. Ayer, desesperada, les comuniqué a mis alumnos que ya no aguantaba más. Que no se imaginaban lo horrible que era intentar hablar, explicar y que no me dejasen hacerlo. Les dije que por las tardes me preparo mis clases, ilusionada, buscando material, y que luego no puedo llevarlas a cabo porque no me dejan hablar, no me respetan", comenzó diciendo esta profesora que de lunes a viernes tiene que lidiar con adolescentes que parece que su única misión es llevar a los docentes al límite.

PUEDE INTERESARTE

Sus ruegos, una victoria para sus alumnos

En un intento desesperado por cambiar la dinámica de sus clases, Ana se dirigió a sus alumnos, que tan solo hicieron de su desesperación un nuevo motivo de mofa. "Les pido que me escuchen, les ruego por favor que me dejen dar clase. Empiezan a reírse, se ríen de mí. Les digo que soy un ser humano, y que en los últimos día venía a trabajar con ganas de llorar ante la impotencia. Les da igual, me siguieron mirando con desprecio, hablando con chulería", reconoció hace unos días en sus redes, donde explicó que esas palabras eran precisamente lo que ellos esperaban: su triunfo en la guerra. Una guerra que no debería ni siquiera existir. "Lo que acababa yo de decir era una victoria para ellos: 'lo hemos conseguido, la profesora no puede dar la clase, ahora podemos seguir pasándonoslo bien'", dice esta profesora de secundaria que se queja de que los profesores no tienen capacidad de reacción antes situaciones que se repiten en muchas de nuestro país. "No tenemos ni autoridad ni medidas reales para frenar la situación y ellos lo saben. Es un infierno diario".

PUEDE INTERESARTE

La situación es insostenible. De hecho, Ana sostiene que incluso la complicada situación que vive en las aulas le ha llevado a modificar su forma de vestir. "Pero bueno, por las tardes me cambio de ropa y voy a pasear y a buscar flores. Me cambio de ropa porque al instituto voy con ropa lo más neutral posible para no darles motivos para que se rían de mí o me falten al respeto", relata esta profesora que se ha volcado en sus redes, su vía de escape ante lo que está viviendo. "Y de ahí que ahora esté subiendo tantos vídeos. Porque me hace feliz compartir y hablar para gente que quiere escuchar. Mi objetivo no es otro que conseguir ganarme la vida de otra forma, sin que haya 25 adolescentes señalándome y riéndose de mí, cada día", termina diciendo esta profesora que define la pequeña comunidad que ha creado como "un rayo de luz".

Ana recibió un aluvión de apoyo en sus redes sociales

Tras esta durísima publicación, Ana ha compartido en los últimos días su agradecimiento con todos aquellos que le han mostrado su apoyo. Su intención era "dar visibilidad" a la situación que viven muchos maestros en nuestro país y ahora, tras el aluvión de mensajes se siente agradecida, pero no tiene intención de seguir ahondando sobre este problema en sus redes.

Su Instagram volverá a ser lo que era. Su espacio seguro y un lugar en el que compartir la parte más bonita de su día a día. Esa que vive alejada de las aulas. "Probablemente no vuelva a hablar de esto por aquí. No quiero que me robe más tiempo del que lo hace. Ahora ya me gustaría seguir usando Instagram como lo que siempre ha sido para mí: una vía de escape donde comparto lo que me hace feliz. Un espacio en el que hablar de cosas que me inspiran: libros, naturaleza, flores, fotografía, creatividad... Y quiero que siga siendo así".

No obstante, Ana ha querido terminar agradeciendo nuevamente el apoyo recibido por todo lo que significan y por todo lo que han supuesto en estos días tan complicados para ella. "No os imagináis lo arropada que me siento. Me alegra saber que hay gente de verdad detrás de las pantallas, gente con principios y corazón".