El pasado 16 de octubre, la muerte de Liam Payne tras precipitarse desde el tercer piso de un hotel en Argentina dejaba consternado al mundo de la industria musical, que decía adiós al de 31 años después de los numerosos logros conseguidos durante los seis años que formó parte de One Direction, así como en su carrera en solitario, en la que tenía previsto lanzar su nuevo álbum el mismo año.
Las redes sociales, como consecuencia de su fallecimiento, no tardaron en acumular centenares de mensajes de despedida hacia el de Reino Unido y entre los que no faltaron los de sus compañeros de banda, Harry, Niall, Louis y Zayn, así como los de algunos de sus familiares y exparejas. Cheryl, -antes conocida como Cheryl Cole o Cheryl Tweedy-, cantante con la que mantuvo una relación fruto de la cual llegó al mundo su único hijo, Bear, habría obtenido ahora la herencia del artista, la cual iría sin embargo destinada al menor de edad, que el pasado mes de marzo cumplió ocho años.
Cuando se cumple medio año desde el trágico desenlace, ‘The Sun’ y ‘Daily Mail’ han sacado a la luz el patrimonio final que el artista deja tras su muerte y que asciende a las 28.594.888 libras según los documentos de la administración, con un valor neto tras el pago de deudas pendientes que se reduce hasta las 24.279.728 libras, que equivalen a 28.541.358 de euros.
Liam, sin embargo, no dejó ningún escrito ni testamento que dictase el destino de su dinero en caso de su fallecimiento, el cual se produjo de forma inesperada, por lo que la cantidad mencionada pasó a ser gestionada por un tribunal que ha concluido en que el legado sea administrado por Cheryl, madre de su hijo. Posteriormente, se destinará el fideicomiso a este último y según fuentes cercanas a los medios británicos, su madre siempre “hará lo correcto por su amado hijo”. Del mismo modo, el abogado musical Richard Bray, encargado de actuar en nombre de la familia, recibirá una parte.
Por el contrario, la que era su pareja en el momento de los hechos, Kate Cassidy, no recibirá fortuna alguna de con quien, según ella misma reveló a través de sus redes sociales tras darle el último adiós, tenía planes de pasar por el altar.
A pesar de la inexistencia de una cesión e instrucciones, Liam sí que había mostrado su voluntad de ofrecer todos sus bienes a su primogénito: “Mi vida es suya, mi dinero es para él. Tengo varios negocios que podría dirigir algún día si quisiera, si no, puede venderlos”, explicó durante su intervención en el podcast 'Impaulsive'.
Un mes antes de su muerte, el de ‘Teardrops’ puso a la venta su mansión de 3,2 millones de libras en su país de origen, concretamente en Buckinghamshire, del mismo modo que hizo en 2015 con su vivienda de 8,5 millones en Surrey y de 10 millones en Malibú.
En sus últimos años, además, Payne se convirtió en embajador de Hugo Boss, marca con la que llegó a lanzar dos colecciones. También creo la suya propia de activos digitales desde la creatividad y la cultura con espacios de arte en 2021 bajo el nombre de ‘Lonely Bug’, de la mano de otros nombres reconocidos como el de Zedd o Sillygabe.
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