Pablo García, farmacéutico, sobre el omeprazol: "Aunque se le llame protector de estómago no protege"
Con las fiestas de Navidad a la vuelta de la esquina, el farmacéutico de @medicadoo aclara por qué el omeprazol no es la solución a las comidas copiosas
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Un día cena de empresa, mañana comida con los amigos del colegio, pasado reunión de primos y, cuando nos queremos dar cuenta, llegan oficialmente las navidades. Y todas esas celebraciones alrededor de la mesa acaban siempre con un “venga, otro postre más, y una copita digestiva para rematar”. Y, junto con los polvorones y champán, hay algo que nunca falta en muchos hogares: una caja de omeprazol. Lo tomamos “por si acaso”, como si fuera un salvavidas para el estómago antes de los excesos. Pero según Pablo García, farmacéutico y divulgador detrás de @medicadoo, con más de 117.000 seguidores en Instagram, ese gesto tan habitual no tiene sentido.
“Aunque se le llame protector de estómago, no protege”, aclara en uno de sus vídeos en Instagram. Ni crea una capa que evita el daño ni ayuda a digerir mejor. Lo que realmente hace el omeprazol es reducir la acidez del estómago, y eso solo tiene sentido en casos muy concretos: úlceras, reflujo o ardor continuado. Nada que ver con prepararse para una noche de copas o una cena copiosa.
No protege, y puede empeorar la digestión
El error más común, explica García, es pensar que sirve para evitar molestias digestivas. “No te vayas a pensar que hace como una especie de capita protectora en el estómago. No lo hace. Y tampoco mejora las digestiones, todo lo contrario”, advierte.
Cuando reducimos el ácido del estómago sin necesitarlo, dificultamos la digestión, porque ese pH ácido es el que ayuda a descomponer los alimentos. Si lo alteramos sin motivo, lo que conseguimos es justo el efecto contrario: digestiones más pesadas y sensación de hinchazón.
Pese a eso, el omeprazol sigue siendo el medicamento más consumido en España, con cerca de 50 millones de envases al año. “Hay pocos medicamentos tan mal usados”, lamenta el farmacéutico. Y lo cierto es que buena parte de ese consumo viene de la automedicación: personas que lo toman por costumbre o porque creen que evita molestias, sin que haya una indicación médica detrás.
No es un “por si acaso”
Otro de los mitos es el de tomarlo de forma preventiva, antes de un tratamiento con antiinflamatorios o incluso sin necesidad alguna. “Para ardores puntuales tampoco es la mejor opción, porque tarda en hacer efecto”, aclara García. Por eso, si alguien lo usa para aliviar molestias despu és de una comida copiosa, probablemente ni siquiera note mejora.
Entonces, ¿tenemos que dejar de tomarlo? El omeprazol no es peligroso cuando se toma de forma correcta, pero no debe convertirse en una costumbre. Si hay molestias frecuentes, lo indicado es acudir al médico para averiguar la causa, no taparla con un medicamento que no está hecho para eso.
“¿He tomado muchas pastillas? ¿Me vienen bien? Pues no, lo siento. Tenía que decirse y se dijo”, concluye el farmacéutico con el tono directo que le caracteriza.
Y es que, aunque las cenas navideñas estén llenas de excesos, no todo se arregla con una pastilla antes del brindis. Así que este diciembre, mejor disfrutar del menú con moderación y dejar el omeprazol solo para cuando realmente haga falta y nos lo prescriba el médico o el farmacéutico.