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El mejor momento para ducharse después del entrenamiento, según la ciencia

Cuándo ducharse después de entrenar
Cuándo ducharse después de entrenarPexels
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Hacer deporte forma ya parte de nuestros hábitos diarios. Por fin hemos entendido lo necesario que es el ejercicio físico para nuestra salud y entrenamos en casa, en el gimnasio o en el parque si salimos a correr. Y del mismo modo que entendemos la importancia de entrenar, sabemos que después hay que pasar por la ducha. ¿O no es así? La ciencia ha determinado cuál es el mejor momento para ducharse después del entrenamiento y sentimos decirte que posiblemente llevas mucho tiempo cometiendo un error que puedes subsanar desde hoy mismo.

Entrenar, sudar y ducharse

Este es el orden de los acontecimientos que tenemos asimilado: entrenamos y, al entrenar, sudamos; y, al sudar, nos duchamos. Todo ello sin dejar una pausa entre una cosa y otra. Pues bien, la ciencia nos ayuda a entender el proceso de sudoración que se activa en nuestro cuerpo al realizar una actividad física para que sepamos cuál es el mejor momento para ducharse. Cuando entrenamos ponemos a nuestros músculos a trabajar, lo que les lleva a producir calor y, por lo tanto, a elevar la temperatura del cuerpo.

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Para compensar ese calor, los vasos sanguíneos se dilatan y comienza el proceso de sudoración para hacer que la temperatura corporal disminuya. Si interrumpimos ese proceso con la ducha, podemos marearnos o sufrir un síncope, aunque hay otros inconvenientes. Así lo afirma el Dr. José Manuel Felices Farias, profesor universitario, especialista en Radiodiagnóstico y Radiología Intervencionista. En su cuenta de Instagram (@doctorfelices), que cuenta con 300 mil seguidores, Felices habla de numerosos temas relacionados con la medicina, y en el tema que nos ocupa lo tiene claro: no te duches al terminar de entrenar.

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Cuándo hay que ducharse después de entrenar

Según el Dr. José Manuel Felices Farias, hay que esperar 15 minutos después de entrenar para pasar por la ducha. ¿Te parece mucho? Si descubres por qué verás que la espera merece la pena. En esos 15 minutos, que puedes aprovechar para estirar, caminar o, sencillamente, esperar, el cuerpo termina la regulación de temperatura que ha iniciado a través del sudor y la ducha es entonces realmente efectiva. En cambio, interrumpir ese proceso de manera brusca solo tiene inconvenientes, además del riesgo de marearte por el cambio súbito en la temperatura corporal. Te los contamos a continuación.

Interrumpir la eliminación de toxinas

Al sudar, el cuerpo elimina toxinas. FUENTE: Pexels

Además de regular la temperatura corporal, el sudor tiene la función de ayudar a eliminar las toxinas que acumulamos en el cuerpo, ya procedan de la ingesta de alimentos poco saludables o de contaminantes ambientales. En resumen, sudar es un mecanismo natural del organismo que protege nuestra salud, por lo que interrumpir ese proceso con una ducha precipitada supone cortar la eliminación de toxinas que se está realizando. 

Desproteger la piel

Aunque el sudor no nos guste lo más mínimo, hay que reconocer que sin él estaríamos perdidos. Su pH es ligeramente ácido para proteger a la piel de agresiones externas y bacterias mientras hacemos ejercicio, y ese equilibrio se rompe con una ducha precipitada, sobre todo si es con jabones alcalinos. Esto puede hacer que la piel, al quedar indefensa, se irrite o reseque más de la cuenta.

No acabar con el mal olor

Vale, es que a veces el sudor no nos lo pone fácil, porque muchas veces se acompaña de un mal olor. Y no es culpa suya, ya que el sudor está compuesto principalmente de agua y no huele. El olor que se le asocia es el de las cientos de bacterias que se encuentran en la superficie de nuestra piel y que se funden con él cuando atraviesa los poros. Si te duchas demasiado rápido y el cuerpo no ha terminado de regular la temperatura, volverá a iniciar el proceso de sudoración, así que puede que al poco de salir de la ducha notes que el mal olor ha vuelto a aparecer.

Y no es que te haya abandonado el desodorante. Si el sudor regresa, las bacterias se vuelven a alimentar de él y ha producir el dichoso mal olor. Así que merece la pena esperar los 15 minutos que se recomiendan. Toma nota de este tip y cambia el hábito de ducharte nada más termina de entrenar porque, como ves, merece la pena por muchos motivos.