Noelia Matés, nutricionista, sobre el mayor error que hace que no adelgaces: "Comer poco no sirve de nada"

La experta desmonta algunos de los mitos más frecuentes para perder esos kilos de más y que no tienen éxito
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Dietas milagro, ayunos intermitentes, batidos detox, menús de 1.200 calorías… cada temporada aparece una nueva tendencia prometiendo resultados rápidos y definitivos. En redes sociales, los vídeos de transformaciones corporales, “recetas fit” o retos de 21 días alimentan la ilusión de que adelgazar es cuestión de fuerza de voluntad y de comer menos. Pero la realidad, según los expertos, es mucho más compleja.
El problema no es la falta de disciplina, sino la desinformación. La cultura de la dieta nos ha hecho creer que la pérdida de peso se reduce a un simple cálculo entre calorías que entran y calorías que salen. Sin embargo, el cuerpo humano no es una calculadora, sino un sistema biológico con mecanismos de defensa, hormonas y respuestas metabólicas que se activan cuando percibe que hay escasez de alimento.
Los errores de comer poco
Por eso, comer poco puede tener el efecto contrario al deseado: ralentizar el metabolismo, aumentar la ansiedad por la comida y favorecer el temido efecto rebote. Así lo explica la nutricionista Noelia Matés, que cada día atiende en su consulta a personas que han probado todo tipo de dietas sin lograr mantener los resultados. “Los errores nutricionales que más suele cometer la gente que viene a consulta y que ya ha intentado adelgazar sin éxito se deben a varias causas”, afirma. Y una de las más comunes es, precisamente, comer demasiado poco.
El falso mito de los “alimentos buenos” y las trampas del etiquetado
Antes de hablar de la cantidad, Matés señala otro error de base: no entender cómo funcionan los alimentos. “En primer lugar, está la ingesta de productos saludables en exceso pensando que no hay que poner límite de cantidad porque son sanos. Esto sucede, por ejemplo, con los aguacates, que son muy nutritivos, pero también muy calóricos”, explica.
El abuso de productos “light” también es una trampa habitual. “La mayoría los compra porque se quedan más tranquilos pensando que al comerlos, no tienen consecuencias. Eso no significa que sean poco calóricos, ya que puede ser que tengan menos grasa pero más azúcar. Por eso es muy importante leer bien el etiquetado y la tabla nutricional para comprobar si realmente nos convienen o no”, advierte.
Además, muchas veces se pasa por alto el papel de las bebidas. “No contar las calorías líquidas es muy común: los zumos son muy calóricos, al igual que los cafés con azúcar o miel. Ni que decir tiene que las cervezas y las copas de vino son calorías que debemos tener en cuenta”, recuerda.
El error de comer menos y picar más
Paradójicamente, muchas personas que se imponen una dieta estricta acaban comiendo peor. “Si nos ponemos por nuestra cuenta a comer menos y menos, sin saber que el cuerpo tiene un sistema de ahorro de energía, lo poco que le das se lo queda. Cuanto menos comamos, no significa que vayamos a adelgazar más rápido, ni más”, explica Matés.
La especialista también desaconseja los patrones extremos de restricción y compensación. “Prohibirse alimentos durante la semana y dejar ‘barra libre’ el finde tampoco es nada efectivo. Al saber que cuando terminen esos días hay una ansiedad por comer esos alimentos, no es sostenible en el tiempo y puede terminar en atracones”.
Otro error frecuente es el picoteo constante. “Estar comiendo cada dos o tres horas, ya sea una barrita energética, unos frutos secos o un poco de fruta, hace que los niveles de insulina sigan siendo altos, lo que dificulta que se queme la grasa y haya un déficit”, señala.

Y, como broche final, la nutricionista recuerda la importancia de la proteína: “No comer suficiente proteína hace que no estés saciado y que lo que más pierdas sea masa magra cuando haces deporte, ralentizándose así tu metabolismo. Es un círculo vicioso: cada vez tu cuerpo te pide menos calorías porque tienes menos masa magra, y en cuanto vuelves a comer un poco más, engordas”.
En definitiva, adelgazar no es cuestión de castigar al cuerpo, sino de entenderlo. La verdadera clave, concluye Noelia Matés, está en alimentarse con equilibrio, sin miedo y sin prohibiciones, escuchando las señales del organismo y alejándose de los extremos. Porque, como ella recuerda, “comer poco no sirve de nada para adelgazar”.
