Romper con tu psicólogo: cómo dejar la terapia sin sufrir
Acudir a terapia es una de las mejores cosas que podemos hacer por una misma, pero a veces hay que terminar la relación con nuestro psicólogo y no resulta fácil
Jésica Rodríguez Czaplicki, psicóloga, sobre hacer terapia con chatGPT: "Nos parece preocupante"
La salud mental parece cobrar por fin la importancia que se merece y acudir a la consulta de un terapeuta es algo que puede mejorar nuestra vida de manera determinante. Ahora bien, para que la terapia funcione deben darse ciertos factores que nos impidan tirar el tiempo y el dinero y, sobre todo, no avanzar en nuestros objetivos.
Por una lado es imprescindible vivir el proceso de manera honesta, poniendo toda la carne en el asador para avanzar con paso firme en el camino que hemos tomado. Pero también es esencial sentir que estamos en buenas manos y que se genere una sintonía entre profesional y paciente. Cuando esto no ocurre o la terapia se atasca, llega el momento de romper la relación con tu psicólogo, algo que puede ser aún más difícil que empezar la propia terapia. Descubre cómo puedes hacerlo sin sufrir.
Cuando no conectas con tu psicólogo
Esto es algo que suele darse al comienzo de la terapia, en las primeras sesiones. Te han recomendado un terapeuta, has elegido uno que te venía bien por diversos motivos (cercanía, precio…) o te has lanzado a la piscina con un profesional siguiendo tu intención. Pero no hay match. Puede que el enfoque terapéutico no sea el estabas buscando o sientas que necesitas, o sencillamente no hay química entre ambos. La terapia debe ser un espacio seguro y de bienestar y, aunque es cierto que a veces el flechazo no se da en las primeras sesiones, debe ocurrir. No se trata de que tu psicólogo se convierta en tu amigo, de hecho esto es algo que no debe ocurrir.
Si no hay conexión, no hay terapia. Así que en el momento en que sepas que esa condición no va a darse, hay que decir adiós para darte la oportunidad de buscar a otro profesional con el que sí puedas entenderte. ¡Ojo! esto no significa que un buen terapeuta sea aquel que te da la razón en todo, ya que la terapia debe ayudarte a enfrentarte a aquellos aspectos de tu vida que te duelen o incomodan, pero este proceso debe dase con cierta sintonía.
Cómo romper la relación
Es posible que tu terapeuta te lo ponga fácil y sea el que te sugiera abandonar la terapia. Si tu sientes que la comunicación no fluye, él también. Pero esto no es una relación de pareja en la que de manera errónea provocamos que el otro nos deje. Se trata de dar el paso con sinceridad, asertividad y elegancia, contando por qué crees que debe terminar la terapia y agradeciendo el tiempo que el otro ha invertido en ella.
Llegado el momento, comprobarás con alivio que tu psicólogo no se ofende ni se sorprende, porque un buen profesional sabe que la terapia es un trabajo conjunto y que no siempre pueden darse las condiciones necesarias para que se desarrolle de manera productiva. El consejo aquí es, como ves, el más obvio: sé sincera contigo y con tu psicólogo.
Cuando llevas mucho tiempo en la terapia
Se dice que un buen terapeuta nunca te dará el alta, es decir, considerará que la terapia ha terminado. Si has acudido a un psicólogo para resolver un tema puntual, se iniciará un trabajo más profundo que te ayudará a solucionar ese problema y a evitar que vuelva a ocurrirte, y eso es algo que nunca termina. Eso no quiere decir que, en un momento determinado, sientas que debes tomarte un descanso. Y debes decírselo. La otra posibilidad es que la terapia se atasque, aunque en algún momento haya sido muy provechosa, y sientas que no avanzas con la dinámica en la que estáis trabajando. Y también debes decirlo.
El tema es que antes de dar el paso seguramente le des vueltas a la cabeza y sientas cierta culpa por “abandonar” a tu psicólogo. Pero no debes olvidar que el lugar al que acudiste para sentirte mejor, aunque a veces deba incomodarte, no puede causarte un malestar. Eso no lo querría tu terapeuta. De nuevo la honestidad es el punto clave y si lleváis tiempo en la terapia comprobarás que es más fácil de lo que imaginas.
Cerrar un ciclo para empezar otro
Cuando cierras una terapia puede que sea para tomarte un descanso o para buscar otro psicólogo. Ambas opciones son válidas y debes afrontarlas con seguridad una vez que has tomado la decisión. Pero hazlo bien. Es decir, nada de despedirte de tu terapeuta con una llamada o un mensaje, por favor. Has estado trabajando con ese profesional durante un periodo de tiempo suficiente para que tanto tú como él os podáis sentar tranquilamente y dedicar una sesión a cerrar el ciclo. Esa es la única forma saludable de poner el punto y final a una relación y proceso de terapia y, así, poder iniciar un camino en tu vida con otro profesional con el compartir esta nueva etapa.