Montse Díaz, psicóloga, sobre si tiene sentido hacer propósitos de año nuevo: "Ayuda vincular los cambios"

La experta indica que entre el 80 y el 92% de los propósitos de año nuevo fracasan, normalmente antes de febrero: pero hay una forma de lograrlo
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Estamos a punto de estrenar nueva vuelta de la Tierra alrededor del Sol. De estrenar año, vaya. Y, ante un nuevo ciclo, es habitual plantearse algunos cambios vitales: ahorrar, dejar de fumar, aprender un nuevo idioma, leer más, usar menos el móvil o pasar más tiempo con nuestros seres queridos son algunos de los más comunes, según recoge ‘Yo Dona’. Pero también suele suceder que estas renovadas energías con las que nos enfrentamos al nuevo año se vayan desinflando conforme pasan los días. ¿Tiene sentido hacerse propósitos de cara al año que comienza? Sobre ello hemos hablado con Montse Díaz, psicóloga y fundadora de Neuropsicoteca. Y sus reflexiones son tan interesantes como sorprendentes.

Lo negativo y lo positivo de los propósitos de año nuevo
Lo primero que nos ha llamado la atención es que hay cosas buenas, pero también negativas, en el hecho de hacer propósitos de año nuevo. Entre las primeras, indica, “el inicio del año actúa como un ‘punto de partida temporal’ que psicológicamente nos ayuda a sentirnos en un momento propicio para el cambio”. A este fenómeno, comenta, los psicólogos lo conocen como "efecto de nuevo comienzo", y anuncia otro aspecto positivo: “Puede darnos motivación inicial genuina”. Por último, añade que “el acto de reflexionar sobre lo que queremos cambiar tiene valor en sí mismo”.

Pero todo tiene su lado poco prometedor. ¿Tiene sentido ponerse a hacer propósitos de cara al año que empieza? La psicóloga es contundente: “La investigación muestra que entre el 80 y el 92% de los propósitos de año nuevo fracasan, generalmente antes de febrero”. ¿Por qué? Montse Díaz desgrana los motivos, que tienen que ver, explica, con caer en trampas comunes.
Estas son las cuatro razones que enumera la experta por las que nuestros propósitos decaen tan pronto
- “Nos proponemos metas vagas”. Es decir, nos planteamos ponernos en forma en vez de ir al gimnasio un número concreto de veces por semana. Esa indefinición hace que abandonemos pronto.
- Planteamos cambios demasiado drásticos: “Intentamos transformar toda nuestra vida de golpe”, explica
- Hay una falta de plan concreto: tenemos el “qué” (visitar más a nuestros familiares), pero no el “cómo” (hacer un cambio concreto en nuestra agenda para conseguirlo).
- La motivación es puramente externa: queremos hacer algo porque "deberíamos" y no porque realmente lo deseemos.

¿Hay una forma de intentarlo y conseguirlo? La hay
Pero la buena noticia es que sí existe un método para que funcionen esos propósitos, o de alcanzar un mayor grado de éxito. ¿Qué dice la psicología que funciona mejor? Por una parte, explica Díaz, “en lugar de propósitos tradicionales, se recomienda establecer intenciones”.
Por otra parte, para lograr que cumplamos con nuestras determinaciones, nos habla de un método, llamado SMART, que establece que nuestros propósitos deben tener estas características: específico, medible, alcanzable, relevante, con tiempo definido. “También ayuda mucho vincular los cambios con nuestra identidad”, indica. Es decir, debemos tener en mente más bien la idea “quiero ser una persona que..." más que plantear comportamientos aislados. Y, lo más importante de todo: “Cualquier momento del año es válido para hacer cambios. Enero no tiene nada mágico, excepto el significado”.
