Combinar un vestido rojo sin fracasar en el intento: zapatos, bolsos y complementos para un look perfecto

  • El rojo tiene un abanico de tonalidades que determina con qué otro color en adecuado mezclarlo

Puede parecer una locura, pero el rojo es el color que mejor y peor sienta de todos. Acertar es sólo cuestión del tono elegido, pero esta es sólo la primera parte, la segunda es saber combinarlo adecuadamente. Te lo cargas combinándolo con un color inadecuado y una joya o un calzado inapropiados y aunque parece fácil acertar, por ser un color de los de toda la vida, no te fíes porque no lo es.

El rojo tiene un abanico de tonalidades a su derecha e izquierda que incluye nombres tan dispares como borgoña, carmín, manzana, escarlata, ladrillo, sangre o remolacha. Hay un rojo y el resto de los matices se acercan, más o menos, al marrón, al naranja o al rosa y es la tonalidad la que determina con qué otro color en adecuado mezclarlo.

Si estás buscando la combinación perfecta para un vestido rojo de fiesta largo no es necesario que arriesgues (aún más), apostar todo al mismo tono es un acierto seguro. Pero, siempre hay un pero, elige todos los complementos en el mismo tono exacto del vestido, si no los encuentras hay mejores opciones.

En esta elección de “todo al rojo”, procura contenerte con los complementos: elije una sola joya, que pueden ser una pulsera, unos pendientes o un collar de piedras que contrasten con el resto del look, unos zapatos sencillos de salón o unas sandalias de tira y un bolso de mano. Es mejor que apuestes por un peinado y maquillaje naturales, aunque el labial rojo está más que permitido.

Si necesitas una prenda exterior para combinar el vestido rojo cuando has apostado por el mismo tono de pies a cabeza, las cosas son mucho más sencillas: debes romper la monocromía. Es mejor no arriesgar sumando otra prenda roja encima y hacer contrastes, que no tienen por qué ser arriesgados. Un abrigo beige puede ser una elección estupenda si quieres una pieza contenida, aunque tienes opciones de colores que darían más juego, e incluso los tejidos estampados podrían ser el golpe de efecto definitivo. Para diario, líate un chal al cuello para potenciar la feminidad del conjunto o súmale una chaqueta masculina para equilibrar.

Si en lugar de un vestido largo prefieres un vestido rojo corto, es mejor evitar un patrón demasiado ajustado o aniñado, es complicado que favorezcan. Son buenas opciones los estilos arquitectónicos, los futuristas, los minimalistas y los de aire vintage. Con los vestidos cortos también puedes optar por un look rojo total o ayudarte de otros colores porque dependiendo de cómo lo combines, cambiará su percepción: blanco para que brille más, beige o marrón para neutralizarlo y negro para apagarlo.

Los metalizados, especialmente el dorado, son el complemento perfecto de cualquier vestido rojo. Cuando se trata de los rojos más oscuros, aportan misterio y luz y tratándose de cualquier otra tonalidad es uno de los mejores recursos que tiene una mujer si buscas el color de zapatos adecuado para tu vestido rojo de invitada de boda. Bastará una joya para completar el look y si es dorada no necesitas que sea demasiado grande y vistosa. Si vas de rojo, dale protagonismo a tu vestido.

También existen combinaciones mucho más dramáticas, son aquellas en las que el rojo compite en importancia con otros colores cálidos, llamativos y cercanos como son el naranja, el rosa o cualquiera de sus tonalidades más oscuras o claras. En estas mezclas son determinantes las tonalidades elegidas para que el conjunto sea armónico y siempre será más fácil conseguir la armonía haciendo que destaque uno por encima del otro.

Otra manera de hacer contrastes interesantes es con ayuda de los colores fríos. Para combinar el rojo con un azul, puedes apostar por tonalidades pálidas como el celeste o meterte en terrenos más pantanosos en busca de mezclas más osada como el rojo con el turquesa. Con el morado y el lila no te vas a equivocar porque son la suma de rojos y azules en distintas intensidades y con el verde cuidado, no te vayas al disfraz navideño y elije tonalidades alejadas del verde abeto.