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Penélope Cruz y Javier Bardem, Blanca Suárez y Mario Casas, Dani Rovira y Clara Lago y un largo etcétera. Las parejas de actores se suelen asociar a alfombras rojas y mucha dedicatoria sentimental en Instagram. Pero también las hay menos mediáticas: no porque sus integrantes sean menos conocidos, sino más bien debido a una actitud discreta que mantiene su relación fuera de los focos. Es lo que sucede con dos de los intérpretes que más trabajan actualmente en el audiovisual patrio: la pareja formada por Belén Cuesta y Tamar Novas, que llevan ya nueve años de relación y que mantienen un perfil bajo sobre su vida sentimental. Repasamos lo que se sabe sobre su relación gracias a la exposición de ambos.
La historia entre Belén y Tamar comenzó en 2012, y lo cierto es que hay que rebuscar con detalle para encontrar referencias entre ellos en sus apariciones públicas o en sus perfiles en redes sociales. No han posado apenas juntos en los photocalls o en los eventos a los que acuden habitualmente, y nunca han hecho grandes declaraciones al respecto de su relación en entrevistas o redes sociales. Aunque no han tratado de ocultarlo en ningún momento: son escasas, pero sí existen algunas menciones públicas por parte de ambos.
Cuesta y Novas cuentan con una amplia trayectoria en cine y televisión. La actriz sevillana, que llevaba años trabajando en teatro, se hizo conocida para el gran público tras participar en 'Ocho apellidos catalanes' en 2015. Desde entonces su trayectoria en la pequeña y la gran pantalla, así como sobre las tablas, ha sido tremendamente prolífica, dando vida a personajes como la icónica Magüi en 'Paquita Salas'. Nominada tres veces al Goya, se lo terminó llevando el año pasado por su trabajo como protagonista en 'La trinchera infinita'.
El actor compostelano, por su parte, debutó en el mundillo de la mano de José Luis Cuerda con solo doce años en 'A lingua das bolboretas'. Muy ligado a proyectos desarrollados en su Galicia natal, fue chico Almodóvar en 'Los abrazos rotos' y se alzó con el Goya al mejor actor revelación en 2005 por su papel de sobrino de Ramón Sampedro en 'Mar adentro'. Como Cuesta, ha desarrollado un amplio historial interpretativo delante de las cámaras y también en los teatros, formando parte de éxitos recientes como 'Fariña' o 'El desorden que dejas'. Y fue precisamente la intersección de sus carreras el punto de partida de su relación sentimental.
Como ha ocurrido con otras muchas parejas del mundo actoral, también en su caso fue en un rodaje, el de la serie 'Bandolera', en el que ambos se conocieron. Coincidieron durante decenas de capítulos y sus respectivos personajes, Elisa y Alejandro, protagonizaron un romance que, como reza el tópico, traspasó la pantalla. Y casi una década después, la actriz, que en alguna entrevista ha reconocido que descarta planes de boda o la maternidad por el momento, afirma que ambos se centran en mantener su proyecto de "sobrevivir" juntos.
Aunque han sido fotografiados en ocasiones por los paparazzi, las redes sociales de ambos también recogen algunas de las escasas muestras públicas de su relación. Aunque ambos comparten con asiduidad imágenes en sus perfiles (a veces realizadas por el otro miembro de la pareja), hay que remontarse hasta 2018 para encontrar alguna en la que salgan juntos: un viaje a Marrakech, planes con sus amigos y hasta un divertido vídeo de ambos bailando que acaba en beso.
Los reconocimientos por su trabajo han sido otro elemento que ha dado visibilidad a su relación. Cuando en enero de 2020 Belén se subía al escenario de la 34ª edición de los Premios Goya para recoger su cabezón por dar vida al personaje de Rosa en 'La trinchera infinita', la sevillana agradecía, entre otros, a sus amigos, sus padres o su hermano. Y también quiso compartirlo con su chico: "El amor de mi vida, Tamar, te amo", decía nerviosa mirando a su chico, también presente en el anfiteatro.
Otra de las ocasiones en las que su relación volvió a recibir los focos mediáticos fue el pasado otoño. La pandemia provocó que ambos pasaran juntos el confinamiento estricto de la pasada primavera en su hogar madrileño (que suelen compartir con las mascotas de sus amigos, a las que Tamar cuida habitualmente), lejos de sus familias. Y cuando Cuesta tuvo que guardar cuarentena tras haber tenido contacto estrecho con un positivo, lo que le hizo perderse la promoción de uno de sus proyectos, Novas se convirtió en su compañero de encierro.