Tamara Falcó era la escogida por la Fundación CEU para presentar en el Teatro Real de Madrid el libro ‘Familias sin Filtro: 15 preguntas para 15 mujeres’. Una obra solidaria que recoge los testimonios de una quincena de mujeres luchadoras que se han superado diversas dificultades gracias al apoyo de sus familias. Vestida con unos pantalones de campana, una camiseta de rayas y una blazer de cuadros de pata gallo, la hija de Isabel Preysler ha respondido a las preguntas de los periodistas que cubrían este evento, que se mostraban muy interesados por los planes de futuro que tiene la it girl con su actual novioque tiene el beneplácito de su suegra:
La socialité reconocía que una de las cosas por las que han encajado tan bien ella e Íñigo Onieva ha sido por la importancia que dan ambos a la familia. “Es una gozada, para él es lo más importante y para mí también, pero la verdad es que su familia es maravillosa… bueno, la mía también. La verdad es que eso sí que lo tenemos en común”, admitía Falco, que tiene claro que aún es muy pronto para ampliarla por su parte: “Poquito a poco. Llevamos realmente desde septiembre, no sé cuántos meses son esos, siete meses. Todavía no”, negaba con contundencia que tuviese en mente estrenarse en la maternidad con este diseñador de coches.
Tampoco está entre sus planes pasar por el altar por el momento, ya que aún cree que es “muy pronto” para la pareja. El día que esto suceda se convertirá automáticamente en uno de los acontecimientos del año para la prensa rosa, que sigue minuciosamente cada paso y cada detalle de esta relación. Una fama y una presión mediática que Onieva está gestionando “muy bien”, según su novia, pese a que no sea nada fácil de llevar. Es más, sus amigas tenían claro al principio de su historia de amor, quizá porque su timidez, que el madrileño iba a “salir corriendo a la velocidad de la luz”.
Unas fotografías publicadas por Ana Boyer y Fernando Verdasco hace tan solo unas semanas nos hacían saber que Íñigo ya es uno más en el entorno de la colaboradora. El tenista y su mujer aprovechaban una comida familiar con Tamara, su primo Álvaro Castillejo y sus respectivas parejas para promocionar su nueva colección de gorras. Sonriendo al objetivo de la cámara y mostrando la buena conexión que hay entre ellos, cada uno escogía su modelo favorito y se lo colocaban en sus cabezas. Un gesto que llegaba justo un mes después de que el diseñador de 31 años posara con las tres mujeres de su vida: su madre, su hermana y su novia.