Diego Matamoros entra en quirófano: "Últimamente he convivido demasiado con el dolor"

Hace tan solo unos días, el nombre de Diego Matamoros volvía a la actualidad al conocer que Marta Riumbau, su expareja, va a ser madre en solitario. En enero, a raíz de su ruptura, la influencer se vio "sin pareja, son 36 años y sin hijos", algo que era su gran sueño en la vida. Es por ello que decidió comenzar el proceso y actualmente está embarazada de cuatro meses. Por el momento, el hijo de Kiko Matamoros no se ha pronunciado sobre la maternidad de su ex, algo llamativo ya que incluso continúan viviendo en la misma casa.

Horas después de conocer la noticia del embarazo, el hermano de Laura Matamoros - que está siendo su defensor en el debate de 'Supervivientes' - ha contado que ha tenido que pasar "por chapa y pintura", es decir, por quirófano. "Últimamente he convivido demasiado con mi amigo el dolor. Como siempre infinitas gracias por hacer de mi vida algo más fácil", ha escrito a través de sus redes sociales.

En las imágenes que ha publicado en su cuenta de Instagram, Diego Matamoros enseña cómo está en la camilla del quirófano y le infiltran líquido a través de una jeringuilla para después someterse a una radiofrecuencia, que es uno de los métodos para aliviar el dolor.

La enfermedad degenerativa de Diego Matamoros

Hace dos años, el hijo de Kiko Matamoros contó públicamente que había estado una semana ingresado en el hospital a raíz de un problema de espalda en el que llegaron a fallarle las piernas. El influencer comentó que se trataba de "un tema congénito degenerativo" que estaba relacionado con hernias discales y la médula. Meses después le pudo poner nombre a su enfermedad: la espondilolistesis.

Él mismo contó en un comunicado que su enfermedad se ha dado por el desplazamiento de una vértebra sobre otra. Dentro de la enfermedad se distinguen hasta cinco grados distintos. En su caso se trata de una vértebra "anteriorizada", que provocó que la médula estuviese "tocada". El propio Diego comentó que, debido al desplazamiento del hueso, terminó pinzándole el nervio. Igual que en este último paso por el hospital, Diego lleva tiempo sometiéndose a tratamientos para poder convivir con el dolor que le provoca esta enfermedad, que es degenerativa y crónica y que no tiene cura. Las molestias, como ha contado habitualmente en redes sociales, puntualmente le impiden estar de pie o hasta caminar, una complicada situación con la que lidia a diario.