Kiko Rivera, sobre la nueva relación de Irene Rosales: "Eso viene de antes, si no es imposible"

Kiko Rivera se ha sincerado en '¡De Viernes!' sobre la nueva etapa que está viviendo tras su divorcio y ha reconocido estar "feliz"
La historia de la infidelidad de Kiko Rivera a Irene Rosales durante su relación: rumores, una confesión y un perdón
Kiko Rivera ha vuelto a televisión. Después de varios años alejados de la pequeña pantalla y tras poner fin a su matrimonio con Irene Rosales el pasado mes de septiembre, el hijo de Isabel Pantoja se ha sincerado como nunca en '¡De Viernes!' sobre el momento vital en el que se encuentra y cómo está viviendo estas nueva etapa. Muy sosegado, ha afrontado todas las polémicas que le han salpicado en su vida y se ha abierto en canal con Santi Acosta porque reconoce que también quiere "demostrar que la gente puede mejorar, puede madurar".
Kiko ha abordado los verdaderos motivos de su separación de Irene Rosales, la complicada relación con su madre y su hermano Francisco y ha lanzado un mensaje a su hermana Isa Pantoja, a la que, tras reconocer el episodio de la manguera, también ha pedido disculpas públicamente por todo el daño que le haya podido causar. Una entrevista reveladora en la que Kiko ha hablado de su paso por terapia y de cómo ha sido clave para empezar esta nueva vida en la que ha asegurado que es "completamente feliz". "Me gusta el Kiko de ahora. Feliz alejado de los medios, pero forman parte de mi vida. Han sido cerca de cuatro años en el psicólogo y me ha cambiado la vida".

Kiko Rivera lamenta que arrebató a Irene muchas cosas
Su relación con Irene rosales y su reciente divorcio ha sido uno de los temas principales de esta entrevista. Kiko la conoció cuando ella apenas tenía 22 años y aún vivía en casa de sus padres. Se enamoraron y todo se precipitó. En su relación todo fue muy rápido e Irene se encontró de la noche a la mañana con unas responsabilidades que no eran propias de su edad. "Sale de su casa para vivir conmigo en uno de los peores momentos de mi vida. Han pasado muchos años, muchas cosas, muchas buenas, muchas malas. Se ha saltado etapas, tantas risas con su gente, viajar con los amigos... Miles de cosas que yo creo que arrebaté. Que se viniera a vivir conmigo, nos casáramos, tuviéramos una hija tan rápido... No tuvimos tiempo de disfrutar de la pareja. Hay un aparte de mí que se siente un poco culpable porque yo sí que he experimentado todas esas etapas. Mi juventud la disfruté al mismo y a Irene la vida no le permitió vivir eso", ha dicho sobre su ya exmujer, para la que solo tiene buenas palabras.
Durante su relación, Kiko hizo responsable a Irene de su bienestar y se convirtió en su pilar fundamental. "No quiero que suene mal ni que se lo tome a mal, pero durante todos mis años con ella, pensaba que tenía las llaves de la puerta que abría mi infierno (refiriéndose al mundo oscuro de fiestas y drogas). Yo pensaba que estando con ella estaba a salvo y no es así. Mi psicólogo me hizo entender que la llave de esa puerta la tenía yo", ha explicado Kiko, que reconoce que darse de bruces con esa realidad fue un shock. "Cuando me doy cuenta mi cabeza se vuelve loca, me peleo conmigo mismo, me alejo de ella y en lugar de agradecer lo que me haya podido ayudar, repele".

El final de su relación
En los últimos meses de relación, Kiko se da cuenta de que su matrimonio es un barco a la deriva y que las cosas ya no eran como tenían que ser . "He visto como mi matrimonio se desgastaba. Se ha ido apagando hasta el punto que parecíamos más compañeros de piso. Ninguno de los dos lo decíamos. Cuando uno lleva tantos años se vuelve costumbre, piensas en las pequeñas y no te atreves a tomar una decisión", ha reconocido Kiko, que al final fue quien dio el paso de hablar con Irene después de pasar las vacaciones de verano en Menorca y darse cuenta de que "la relación estaba rota" aunque intentaba actuar con normalidad. "Me daba cuenta y quiero creer que Irene también se daba cuenta".
Reconoce que ha sido muy difícil. "Me doy yo cuenta de que no siento nada por mi mujer, siento afecto, cariño, que es una persona que quiero tener en mi vida, pero esas cosas que siente alguien... el deseo, las ganas de estar con esa persona ya no estaban. Si no siento deseo por Irene, si no tengo ganas... se vuelve en monotonía y me atrevo a decir que empieza a molestar". Pese a lo doloroso de la situación, Kiko se sentó con Irene para poner las cartas sobre la mesa. "Gracias a dios tomo la decisión y me doy cuenta de las ganas que tengo de que mi exmujer sea feliz. No pude más, tuve la iniciativa, pero fue de mutuo acuerdo porque ella estaba de acuerdo", ha dicho el dj, que ha explicado que lo más difícil fue decírselo a sus hijas. "Eso costó un poquito, pero la vida me volvió a demostrar que los niños saben griego, latín... Nos dieron una lección de vida. Fue un momento delicado, te tienes que sentar delante de las personas que más quieres para explicarles que te vas a separar , lo entienden y lo siguen entendiendo. Están acostumbradas. Desde que tienen uso de razón han vivido con su hermano que va y viene. Está a la orden del día. Lo más importante es llevarse bien".
Kiko reconoce que le molestaron las imágenes de Irene con Guillermo
"El primer paso lo di yo y ella luego da quince. No solo era yo el que estaba pensando que el matrimonio se estaba acabando", ha dicho refiriéndose a la nueva relación que mantiene Irene Rosales. "En apenas pocos meses, en menos, ya está con otra persona, contenta, feliz... Esto al final te dice que eso viene de antes. Hay un contacto, si no es prácticamente imposible", ha explicado Kiko, que se ha mostrado muy cordial al hablar de Guillermo. "Vino a poner el césped en nuestra casa, es un tío simpático. No hablé mucho con él. Nada que reprochar. No estoy yo en situación de reprochar. Yo a Irene Rosales la quiero con locura y lo único que deseo es que sea feliz".
En cuanto a esta relación, Kiko reconoce que Irene trató de ocultársela en un primer momento. "Yo pregunté y en ese momento lo negó. La creí, pero cuando alguien te dice 'es un amigo' y yo no le había visto nunca...", ha explicado Kiko, que reconoce que cuando vio las imágenes no le gustaron. "Como persona te molesta, pero verla sonriente, activa en las redes, compartiendo momentos con alguien a quien tiene cariño o está enamorada, me reconforta como persona. Para mi bienestar, que ella esté contenta significa que mis hijas están bien".

Las infidelidades a Irene
Kiko tampoco ha eludido hablar de sus infidelidades y aunque reconoce que algunas de las que se han dicho no han sido verdad, se muestra muy arrepentido de lo que ha hecho. "No es algo de lo que me sienta orgulloso, pero me ha perdonado. A veces se enteraba y otras veces se lo contaba. Se me ha perdonado, eso es decisión de Irene", ha dicho Kiko, que ha explicado que a lo mejor Irene no debía haber sido tan comprensiva. "Hubiera estado en su derecho de romper, quizá hubiera sido lo correcto, pero cada uno toma sus decisiones", ha dicho el hijo de Isabel Pantoja.
Aunque no se excusa y lamenta profundamente todo lo que ha hecho, cree que muchas veces esas infidelidades ocurren cuando la relación está rota. "Si se va apagando el matrimonio y no das el paso, suceden cosas que no deben suceder y se hace daño a la otra persona. Es algo que jamás me perdonaré, pero ha sucedido y cuando sucede hay que aceptarlo, pedí disculpas. Perdonó y eso ha desgastado el matrimonio, si a eso sumas que tu mujer es más madre o compañera de piso que esposa, al final no sale la cosa como tiene que salir".
Ha tenido que aprender a pelear contra sus adicciones
Por último, Kiko ha reconocido el papel fundamental de Irene en su vida y en haber dejado las drogas. "Fue muy importante, ha sido el pilar fundamental en muchos aspectos de mi vida", ha explicado Kiko, que ha lamentado que su madre no le apoyó como debía. "Irene llama a mi madre y vuelve a aparecer Isabel Pantoja. No estuvo a la altura. Irene y mis amigos más cercanos sí. Tuve muchas recaídas".
Sin embargo, ha logrado superar sus adicciones y lleva limpio unos seis años. No obstante, reconoce que sigue luchando y evita situaciones que puedan suponer un riesgo. "No siento que me llamen, pero tengo un trabajo muy cabrón. Hay momentos en los que termino de actuar y me tengo que ir, no porque quiera consumir, pero no quiero comprar papeletas. He tenido que aprender a pelear con ello", ha terminado diciendo el dj.
