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Bodas de famosos

Así fue la elegante boda de la chef Lucía Ruiz Lafita y Maxi Reiter en Madrid: de los diamantes amarillos al Jardín del Edén

La boda de Lucía Ruiz Lafita y Maxi ReiterCortesía de Delirium by Lucía
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Lucía Ruiz Lafita y Maxi Reiter celebraron en julio su boda en Madrid. Fue la segunda vez que la pareja se daba el “sí, quiero”, ya que a mediados de junio hubo una primera ceremonia en Austria, país de origen del novio. Se celebró por lo civil, en los Alpes y siguiendo todas las tradiciones austríacas, incluyendo los trajes tiroleses de los novios y los invitados.

El pasado 12 de julio, tuvo lugar la boda religiosa en Madrid, una de las más elegantes y esperadas del verano. La noche anterior organizaron un cóctel de bienvenida en el Nuevo Club de Madrid para los invitados que venían de fuera y sus amigos más cercanos. “Un sitio súper castizo, perfecto para hacer sentir desde el primer minuto que estaban en España”, escribía la novia en sus redes sociales.

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La fundadora del catering Delirium by Lucía y concursante de Next Level Chef conoció a su marido hace 5 años en una cita a ciegas. A los tres días volvieron a verse y supieron que estaban hechos el uno para el otro, porque no volvieron a separarse. Ahora han dado un paso muy importante en su relación con esta boda tan deseada que supone el comienzo de un nuevo capítulo en su vida de pareja. 

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La emotiva ceremonia en Madrid

Cada detalle de la boda de la chef estuvo cuidadosamente elegido. El lugar de la ceremonia, la Basílica de San Francisco el Grande, fue el mismo en el que se casaron los abuelos de la novia. Ella cuenta que su madre siempre había soñado con verla casarse allí y hasta usaron sus mismas arras. La ceremonia estuvo oficiada por el padre Javier Siegrist, buen amigo de la familia y con el que los novios habían hecho su retiro matrimonial. 

La novia fue escoltada por sus sobrinos en el papel de pajes, vestidos con trajes a medida confeccionados por La Labubé y portando unas preciosas cestitas que contenían paniculata, una preciosa flor que simboliza la felicidad y la sencillez. Durante el oficio sonó Favola in musica de Walter, que emocionó tanto a los novios como a los invitados.

El look de la novia

Lucía Ruiz Lafita llevó para la gran ocasión un vestido de Alta Costura de Sol Prado de T.ba. que mezclaba organza, gasa de seda y con la parte superior de estilo corsetero. Cuando faltaba una semana para la boda, decidieron añadir Bordados Lunéville. Como diadema, Lucía tuvo la original idea de llevar un collar de diamantes amarillos de su madre, mientras que los zapatos fueron los mismos que llevó en su boda en Austria, unos salones clásicos de Roger Vivier. El ramo era una pieza única de vidrio soplado de Vidrio Studio, creado por la amiga de la novia Mar Bermejo, que se complementó con flores naturales de Elena Suárez & Co. 

La celebración en la finca de la novia

La celebración de la boda tuvo lugar en la casa familiar de la novia, en Galapagar. El espacio se transformó en una recreación del Jardín del Edén gracias a la labor de A-Típica, las wedding planners favoritas de la aristocracia. Y es que no hay que olvidar que la chef pertenece a una de las familias más adineradas de España, pertenecientes a la alta sociedad.

Hasta esta finca, casa de recreo de la familia, llegaron los novios en un descapotable vintage de color rojo. Todo estaba decorado como un precioso bodegón barroco, muy natural pero con un elegante toque de teatralidad: flores colgantes, candelabros, frutas… El seating plan estaba inspirado en jardines famosos, e incluía un precioso detalle, un jabón artesanal elaborado por la propia Lucía con aceite reciclado del catering.

En el cóctel, hubo música en directo, ya que trajeron una banda de jazz desde Viena y, además, cantaron el hermano de la novia y su mujer con guitarra. El catering corrió a cargo de El Mentidero de la Villa y ofrecía diferentes food corners para que los invitados pudieran acercarse a ellos. También hubo una torre de margaritas de Santa Brisa, champagne sobre barra de césped con escultura floral y no faltó un carrito de caviar de Delirium.

El banquete de boda

El banquete de boda también corrió a cargo de El Mentidero de la Villa, aunque la novia quiso que los postres fueran de Delirium. De principal, se sirvió solomillo con gratín, verduras y Spätzle artesanal de Austria. El vino que se ofreció era de Mar de Frades. El postre, elaborado por el equipo de Lucía Ruiz Lafita, milhojas de chantilly y un Plaisir Sucré de Pierre Hermé. La tarta de boda tenía siete pisos, fue un homenaje a los abuelos de la novia y se cortó por los recién casados al ritmo de la canción Sugar, sugar.

Las mesas imperiales se vistieron con manteles toile de Jouy, la cubertería era de plata de estilo clásico y las copas de colores de Options al estilo Murano. La decoración floral, con velas, candelabros, frutas y flores fue obra de Elena Suárez & Co. En la fiesta, la música estuvo a cargo de la cantante Gisele Jackson, junto con Pete Simpson y la banda que lidera Werner Wurm al frente. A continuación, el DJ Juan Trullenque combinó piano en vivo con un mix de disco, groove y funky para que los invitados bailaran.