Carme Chaparro cuenta novedades sobre el estado de su enfermedad y da un consejo vital: "Ni lotería ni salud"

El pasado 22 de diciembre, día del Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad, en el que Ana Peleteiro ha estado a tan solo un número de llevarse el 'Premio Gordo', Carme Chaparro vuelve a compartir una reflexión personal que conecta directamente con el momento vital que atraviesa. La periodista, que padece una enfermedad crónica, recibió hace dos semanas el alta hospitalaria tras pasar por dos operaciones. Su regreso a casa estuvo marcado por un gesto familiar: sus hijas la esperaban con la vivienda decorada por Navidad, con un árbol hecho por ellas mismas y un belén creado con figuras de personajes conocidos. Un regreso que simboliza una etapa distinta tras semanas de hospitalización y cuidados constantes.

Desde finales de octubre, el estado de salud de Chaparro ha generado atención después de que ella misma mostrara una imagen desde el hospital con el mensaje “Un día más. Un día menos”. Desde entonces, sus apariciones públicas han sido contadas y siempre medidas. Aunque no ha detallado el diagnóstico, sí ha explicado que se trata de una enfermedad crónica que ha condicionado su rutina, su trabajo y su vida familiar.

La reflexión de Carme Chaparro tras la Lotería de Navidad

Coincidiendo con el final del sorteo, Chaparro ha publicado un mensaje en su perfil de Instagram en el que vinculaba la tradición del día con su situación personal. “Ni lotería ni salud. Aunque de lo segundo vamos mejorando y, por lo que parece, buen camino”, escribía. Con estas palabras, la periodista puso el foco en una idea que se repite en estas fechas: el valor real de la salud frente al dinero.

En su publicación también explica que continúa con limitaciones en su día a día. “Sigo a dieta de estímulos visuales y auditivos. Así que paso poco por aquí”, ha señalado, haciendo referencia a las pautas médicas que sigue durante la recuperación. Aun así, ha querido agradecer los mensajes recibidos: “Pero leo vuestros mensajes. Son un chute de adrenalina”.

El texto concluyó con una frase que se resume en un consejo: “Lo único que no vuelve y no se puede pagar es el tiempo. Empleadlo lo mejor posible”. El mensaje estuvo acompañado por una imagen en la que aparece recostada, sin maquillaje y con gafas, una fotografía coherente con el tono del texto y el momento que atraviesa.

El papel de sus hijas ante la enfermedad

La enfermedad de Carme Chaparro también ha tenido un impacto directo en su entorno familiar, especialmente en sus hijas, Laia y Emma, de 14 y 12 años. La periodista y su marido, Bernabé Domínguez, decidieron explicarles desde el principio la situación. Según ha contado la propia Chaparro, consideraron que era la mejor forma de que entendieran los cambios y las ausencias.

Las menores han visitado a su madre en el hospital y han aprendido a convivir con las limitaciones derivadas de la medicación y el cansancio. La comunicadora ha reconocido que las rutinas familiares han cambiado y que han tenido que renunciar a planes habituales, pero que sus hijas lo han comprendido. La decoración navideña preparada para su regreso a casa se convirtió así en una forma de acompañarla en un proceso que continúa, marcado por la recuperación y por una reflexión constante sobre el tiempo y la salud.