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De Megan Fox a Marina García: las cejas injertadas son el nuevo filtro de Instagram

Meghan Fox y Marina García, dos famosas con cejas injertadas
Meghan Fox y Marina García, dos famosas con cejas injertadasGetty y @mgarciarod
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Una ceja bonita tiene el poder de cambiarlo todo. Que se lo digan a Marina García, exparticipante de La isla de las tentaciones, que ha puesto rumbo a Estambul para someterse a un injerto de cejas y presumir, semanas después, de mirada más intensa y uniforme. Su caso no es único: cada vez más mujeres (y también hombres) se suman a esta tendencia estética que se ha colado en la agenda beauty de influencers, celebrities y pacientes anónimos.

“Cada año tenía menos pelo en las cejas y más calvas”, explicaba la sevillana en su perfil de Instagram. Por eso no dudó en dar el salto hasta Turquía, donde este tipo de trasplante se realiza de forma mucho más frecuente que en España. Allí, en una clínica especializada, le extrajeron folículos de la parte trasera de la cabeza, zona donante habitual para implantarlos, uno a uno, en sus cejas. Y se suele hacer con bisturí de zafiro, anestesia local y un diseño minucioso que, según los expertos, marca la diferencia.

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Una moda que viene de las redes (y de las cejas de los 90)

Durante años, muchas mujeres siguieron las tendencias que imperaban en la década de los 90 y los 2000: cejas hiperfinas que, con el tiempo, y a base de pinzas, terminaron por no crecer (y ahí están las cejas de Pamela Anderson para corroborarlo). El boom de las cejas gruesas y definidas llegó con modelos como Cara Delevingne, y más recientemente, con la naturalidad de Lily Collins o Zendaya. El problema es que no siempre se puede volver atrás, al menos no sin ayuda profesional.

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“La mayoría de pacientes buscan recuperar densidad y naturalidad. Algunas, incluso, rediseñar por completo sus cejas”, explica el doctor Ignacio Sevilla, director médico y experto en cirugía capilar en Svenson, firma que ha experimentado un crecimiento sostenido en este tipo de intervenciones. “Es clave hacer un buen diagnóstico y dedicar tiempo al diseño. La ceja es un rasgo que llena de personalidad el rostro”, añade.

Un estudio realizado por Svenson revela que más del 40% de los españoles se han dejado influir en algún momento por las decisiones estéticas de famosos. El injerto de cejas no es una excepción: actrices, influencers y cantantes ya lo han probado. Entre las más comentadas, Megan Fox o Chrissy Teigen, aunque no siempre lo confiesen abiertamente.

Meghan Fox presume de cejas definidas y gruesas

¿Cómo es el procedimiento y qué lo diferencia?

El injerto de cejas parte del microinjerto capilar tradicional, pero adaptado a una zona tan visible como delicada. Primero se realiza un diseño personalizado, luego se extraen las unidades foliculares (que no deben tener canas ni más de un pelo por raíz) y, finalmente, se implantan con precisión quirúrgica para asegurar que el nuevo pelo crezca en la dirección y ángulo correctos.

A diferencia del microblading o la micropigmentación, que utilizan pigmentos para simular pelo, el injerto logra crecimiento real. Tampoco se parece al laminado o el lifting, técnicas más temporales que solo trabajan con el vello ya existente. Por eso, este procedimiento se ha convertido en la opción preferida de quienes quieren resultados naturales y duraderos.

La intervención dura entre tres y cuatro horas, con resultados visibles a partir del tercer mes y un efecto completo entre seis y nueve. ¿Y si no gusta el resultado? Existe la opción de modificarlo con un segundo injerto o corregir la dirección de los pelos con microlesiones.

Aunque en España hay clínicas especializadas, como Svenson, el viaje a Turquía sigue siendo habitual por precio y volumen de casos. Aun así, los expertos advierten: más allá del destino, lo importante es ponerse en manos cualificadas. Como dice el Dr. Sevilla, “las cejas no son solo una moda, son una expresión. Y redibujarlas con injertos es una forma de recuperar algo que nunca debió desaparecer”.