Cómo se usa el aceite de jojoba en el pelo: guía, paso a paso
Te contamos todo sobre uno de los ‘elixires’ para que tu melena se vea radiante
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Hay productos que se ponen de moda y desaparecen al cabo de unos meses… y luego está el aceite de jojoba. No es nuevo, no promete milagros imposibles y, sin embargo, cada vez que lo pruebas te preguntas cómo has podido vivir sin él. Y es que, lleva años siendo el secreto de peluqueros, dermatólogos y editoras de belleza porque sirve para casi todo. Hidrata sin engrasar, controla el encrespamiento, equilibra el cuero cabelludo y deja ese brillo inconfundible que parece sacado de una portada de revista.
Si te cuesta mantener el pelo suave y con vida, o si tu melena pasa del exceso de grasa a la sequedad en cuestión de días, este aceite puede ser tu nuevo salvavidas. Pero como cualquier rutina capilar ‘nueva’ en tu neceser, hay que saber usarlo bien. Porque de la forma en que lo apliques depende que el resultado sea de peluquería… o de desastre capilar casero.
¿Por qué ha conquistado a todos?
El aceite de jojoba no es realmente un aceite (aunque lo parezca). En realidad es una cera líquida vegetal que se extrae de las semillas del arbusto Simmondsia chinensis. Lo interesante es que su composición se parece muchísimo al sebo natural que produce nuestro cuero cabelludo, así que lo “entiende” y lo absorbe con facilidad. ¿El resultado? Hidrata sin apelmazar, nutre sin dejar residuos y ayuda a mantener el equilibrio perfecto entre raíces y puntas.
Está cargado de vitamina E, antioxidantes y ácidos grasos esenciales, que protegen el pelo del calor, la contaminación y los tintes. Y lo mejor, no deja esa sensación grasa que a veces dan otros aceites capilares. Por eso gusta tanto a los profesionales, porque funciona igual de bien en cabellos finos, rizados o teñidos. Y es que muchos llaman un aceite “inteligente”: sabe lo que tu melena necesita sin que tengas que hacer demasiado.
Cómo usarlo paso a paso (sin complicarte la vida)
Si nunca lo has probado, empieza poco a poco. El aceite de jojoba cunde mucho, así que unas gotas bastan. Para un tratamiento más intenso, aplícalo de medios a puntas antes de lavarte el pelo. Masajea bien, deja actuar unos 20 minutos y luego lava como siempre. Verás cómo el pelo se vuelve más suave y brillante sin perder volumen.
Para usarlo como sérum, pon una gotita en las palmas y pásala solo por las puntas con el pelo húmedo. Es perfecto para controlar el encrespamiento, sellar la cutícula y dejar ese acabado pulido que dura todo el día. Si usas plancha o secador, debes saber que también te sirve de barrera protectora natural.
Y si tu problema está en el cuero cabelludo -ya sea por exceso de grasa o por sequedad-, aplícalo directamente en las raíces, masajea unos minutos y deja actuar antes del lavado. Te ayudará a equilibrar la producción de sebo y a calmar posibles irritaciones. Si quieres, también puedes mezclarlo con tu mascarilla habitual para darle un extra de nutrición (y, sinceramente, lo hemos probado y funciona).
¿Por qué ‘engancha’ tanto?
No esperes milagros instantáneos, pero sí una mejora real desde las primeras veces. El pelo se nota más suave, brillante y disciplinado, sin sensación de grasa. Con el uso continuo, el cuero cabelludo se equilibra, las puntas se abren menos y el cabello parece más “vivo”.
Lo mejor es que no tienes que ser constante al milímetro. Incluso usándolo una o dos veces por semana ya se nota el cambio. Es de esos productos que no hacen ruido, pero cuando dejas de usarlos… los echas de menos. Así que, si tu melena pide un respiro, este es el momento de darle una oportunidad.