La fortuna de Adara Molinero: la reina de los realities se marcha, pero sus inversiones siguen
Adara Molinero ha puesto punto final a su andadura como personaje televisivo. Casi una década después de irrumpir en universo de los realities la ex azafata de vuelo ha anunciado que abandona el medio. Su paso por la pequeña pantalla le ha servido para amasar un interesante patrimonio. Lo analizamos.
Conocimos a Adara Molinero en otoño de 2016 como una azafata de vuelo que entraba a concursar en la decimoséptima edición de Gran Hermano. Se presentó como una mujer de carácter, hija de padres divorciados y con algunos pinitos como modelo. Aquella joven humilde es hoy una madre de 32 años con una economía saneada.
Su paso por el reality decano de la televisión le abrió las puertas de las redes sociales y pronto empezó a forjarse una imagen personal en el universo influencer que llamó la atención de las marcas. En estos diez años ha encadenado participaciones en programas de telerrealidad (tres ediciones de Supervivientes, Secret Story, GH VIP...) con su presencia digital. Una exposición que le ha permitido poner en marcha varias inversiones.
Un centro estético en Mallorca
Un año después de salir de GH, la de Alcobendas se mudó a Palma de Mallorca con Hugo Sierra, con quien tuvo a su hijo Martín. Allí la exazafata hizo su primera inversión: un salón de uñas llamado Adara Beauty. El proyecto no salió como esperaba y la reina emérita de los realities echó el cerrojo con motivo del estado de alarma por la Covid. Según se comentó en televisión, su intención era traspasar el salón por 55.000 euros, pero como no encontró comprador terminó vendiendo los muebles y, después, el local. En el mensaje de cierre Adara recordaba la ilusión y dedicación que había depositado en el establecimiento: "En este proyecto puse todo mi corazón y mi ilusión. Es una lástima tener que escribir esta carta, pero no me queda otra salida.
Dos pisos para alquilar
El año pasado Adara Molinero contó a sus seguidores que había invertido sus ahorros en el sector inmobiliario. De una sentada, la finalista de Supervivientes se compró dos pisos que mostró en sus redes. “¡No me lo puedo creer! ¡Estoy súper feliz!”, comentó la ganadora de GH VIP, que reconoció que no fue fácil “comprar dos pisos al mismo tiempo”. Fue un asesor quien le indicó qué viviendas podrían ofrecer “una mayor rentabilidad”.
Según pudimos ver, las dos viviendas son exteriores, muy luminosas y espaciosas; una de ellas incluso cuenta con balcón. Eso sí, ambas están sin reformar y los muebles no eran muy modernos que digamos, por lo que algunos seguidores le han preguntado si piensa darles un “lavado de cara” para hacerlas más atractivas a ojos de los potenciales inquilinos.
Su madre, la también estrella de realities Elena Rodríguez, le dijo que estaba muy orgullosa de su decisión y de que haya conseguido comprar dos pisos con sus ahorros: “Tomas las mejores decisiones que podrías tomar para gestionar tu dinero y siempre lo haces pensando en tu hijo. Te quiero”.
Su pisazo con reforma
La tercera gran inversión de Adara Molinero es la vivienda en la que reside: un pisazo ubicado en el norte de Madrid de 110 metros cuadrados, en el que ha invertido gran parte de su capital en la remodelación. La eliminación de tabiques le permitió unir salón y cocina en un espacio abierto que combina funcionalidad y estilo. La vivienda cuenta con un gran dormitorio para ella, una habitación para su hijo Martín y dos cuartos de baño. Se trata de una casa muy moderna y bien aprovechada.
Un equilibrio entre el arte y el diseño unido a través del estilo clásico, es la estrategia decorativa que ha seguido Adara Molinero para decorar su casa. Su amplio salón cuenta con molduras blancas alrededor de las paredes creando marcos de estilo clásico, al igual que en el resto de estancias y pasillos de la casa. La pared central del salón está cubierta íntegramente por una gran piedra de mármol de color negro que combina a la perfección con las paredes de estilo clásico de la casa aportando mayor elegancia, sobre ella, ha colgado la televisión. A sus dos extremos, las molduras de escayola blanca recrean un mueble con espacios de almacenaje y arcos de medio punto en los que la influencer ha colocado jarrones de cristal con flores, marcos de fotos y libros de moda.