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Cómo ahorrar dinero en tu boda: las mejores estrategias

Un enlace de ensueño no debe significar gastar una fortuna
Un momento inolvidable, independientemente del presupuestoCortesía de Jardín de Barretaguren
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Casarse es sin duda un momento inolvidable… y, seamos sinceras, carísimo. Basta con mencionar la palabra “boda” para que cualquier proveedor multiplique el presupuesto por dos. Pero aquí va la buena noticia: no hace falta hipotecarse ni dejarse el sueldo de medio año para celebrar una boda con estilo. Con un poco de planificación, algo de creatividad y las decisiones adecuadas, puedes tener un enlace precioso, personal y muy especial, sin que el coste se te vaya de las manos. Sí, incluso con flores, música y vestido de ensueño. Te contamos cómo hacerlo realidad (y sin que tus invitados noten la diferencia).

Elegir bien el cuándo y el dónde lo cambia todo

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Una de las formas más eficaces de ahorrar empieza con el calendario. Casarse fuera de la temporada alta -entre noviembre y marzo, dejando fuera las fechas navideñas- puede suponer un ahorro enorme en el alquiler del espacio, el catering o incluso los fotógrafos. Y es que, en muchos casos, los descuentos superan el 30%. Además, los viernes o domingos se están poniendo de moda, y suelen ser mucho más económicos que el clásico sábado.

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Y si hablamos de espacios, no todo tiene que ser una finca de lujo con lista de espera de dos años. Piensa en alternativas con encanto y carácter: una casa rural, un invernadero, un jardín privado, o incluso un restaurante bonito pueden tener mucho encanto, y encima te ahorrarás parte del presupuesto en decoración porque el lugar ya tiene personalidad de sobra. A veces, lo más especial está donde menos te lo esperas.

Menos es más

No todo el mundo necesita una boda multitudinaria. Reducir la lista de invitados es una de las formas más rápidas de ahorrar, y además mejora la experiencia. ¿A qué nos referimos? Tendrás más tiempo para disfrutar de cada persona, menos estrés, más intimidad y conexión. Porque 80 personas bien elegidas valen más que 150 por compromiso.

La decoración también se puede optimizar sin perder estilo. Si apuestas por flores de temporada, o materiales reutilizados en los pequeños detalles, conseguirás una boda con carácter propio y mucho encanto. Piensa en espejos vintage como seating plan, caminos de mesa de lino en tonos neutros, menús caligrafiados o centros con fruta y ramas verdes. En otras palabras, menos artificio, más autenticidad.

Y el menú puede ser otro campo para ser creativa sin comprometer el sabor. En lugar del típico banquete de tres platos, muchos novios optan por cócteles largos con estaciones de comida o platos compartidos. Además de ser más dinámico, suele ser también más económico y a la gente le suele gustar bastante.

Sé creativa con los ‘extras’

Los detalles que van al final suelen ser los que marcan la diferencia… también en el bolsillo. El vestido, por ejemplo, no tiene por qué ser de una gran firma para ser espectacular. Puedes alquilar uno, comprarlo de segunda mano, apostar por diseñadores emergentes o incluso rescatar uno vintage de la familia y adaptarlo. El resultado puede ser mucho más personal, y por qué no, único.

La música tampoco tiene por qué ser carísima. Puedes alternar una playlist personalizada durante el cóctel con música en vivo para la fiesta. Y ojo con las invitaciones. El formato digital ha llegado para quedarse ya que es elegante, ecológico, económico y puedes personalizarlo hasta el último detalle. Si lo deseas, puedes imprimir solo algunas para los más mayores o como recuerdo, pero prescindir del 100 % papel te puede ahorrar tiempo, dinero y complicaciones logísticas.

Como ves, con un poco de creatividad, tiempo y ganas se puede ahorrar más de lo que indica el presupuesto inicial.